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lukymalaga, 23/octubre/2021> "chapa" (SALVA. E.H.) mía en la que nos menciono,... // ECUADOR DEBATE 107 >,... /,... ¿no debemos considerar a Julian Assange no solo como un periodista sino como un intelectual, en tanto que es un crítico del poder y aún del poder totalitario más poderoso del planeta pero que se enmascara de ser democrático y salvador de los pueblos, el del Estado Norteamericano?

 OPINAMOS,...QUEREMOS RESPUESTAS Y OPINIÓN, SI FUERA POSIBLE lukydemálaga, editor de lukyrh.blogspot.com ¡¡.

Luciano Medianero Morales <luky....................>15:00 (hace 0 minutos)
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ECUADOR DEBATE 107 Quito-Ecuador • Agosto 2019 ISSN 2528-7761 / ISBN 978-9942-963-49-9 PRESENTACIÓN 3/7 COYUNTURA
 
• Correísmo y después: dos años y pico de morenismo 9/22 Mario Unda 
• Conflictividad socio política: Marzo-Junio 2019 23/28 

TEMA CENTRAL 

• Intelectuales y pensamiento crítico hoy 29/50 Alejandro Moreano 
• Intelectuales, organización de la cultura y poder en Brasil: notas críticas acerca de la sociedad civil neoliberal 51/66 Giovanni Alves 
• Los intelectuales en América Latina: las tentaciones de la carrera, el relativismo de valores y las ambivalencias del poder 67/79 H. C. F. Mansilla 
• Crisis de los intelectuales y del intelecto en la era de la intelectualización de la sociedad 81/97 Jorge Veraza Urtuzuástegui 
• Tareas intelectuales en la encrucijada latinoamericana 99/114 Diego Tatián 
• El porvenir de Europa en la era Negantropócena 115/136 Entrevista de Michal Krzykawski a Bernard Stiegler 

DEBATE AGRARIO-RURAL 

• Ecología política de la conservación: la Reserva Mache Chindul-Ecuador 137/147 Angélica Ordóñez Charpentier // Ecuador Debate 107 / Contenido 

ANÁLISIS 

• Poder metropolitano vs. poder territorial. Conflictos en la parroquia rural andina (siglos XVIII-XIX) 149/165 María José Vilalta 
• Usos de Foucault en psicoanálisis y marxismo: Discursos de resistencia y prácticas de intervención intelectual en la sociedad 167/182 Oleg Bernaz 

RESEÑAS 

• La rebelión de Daquilema (Yaruquíes-Chimborazo, 1871) 183/185 
• Potosí, el origen. Genealogía de la minería contemporánea 186/188  El 68, el neoliberalismo y las relaciones problemáticas constitutivas del intelectual Conocidos intelectuales son apologetas del poder, así como otros son críticos del mismo. La relación entre los intelectuales y el poder no es, pues, unívoca y cabe no solo la relación crítica o la apologética sino, incluso, la de indiferencia. 

De hecho, la relación constitutiva de un intelectual no es diádica: intelectual/poder sino triádica, pues involucra, en primer lugar, la relación del intelectual con las clases sociales y, después, la de clase/intelectual con el Estado (y aún es una relación de cuatro lados, pues incluye la relación del intelectual con el pueblo y no solo con las clases sociales tomadas una a una). Podemos recordar a Jorge Luis Borges, apologeta de los gobiernos reaccionarios no solo de su país, Argentina, sino, incluso, del mexicano de Gustavo Díaz Ordaz; mandatario que, en 1968, el 2 de octubre, desencadenó la masacre de miles de mexicanos, la mayoría estudiantes, nada menos que, negra ironía, en la Plaza de la Tres Culturas de Tlatelolco, en la ciudad de México. Un brutal asesinato de miles de personas, una pérfida trampa bien pensada para reunirlos en la plaza y a una señal, iniciar Crisis de los intelectuales y del intelecto en la era de la intelectualización de la sociedad Jorge Veraza Urtuzuástegui* Este ensayo explora las condiciones de posibilidad para la conformación histórica y estructural de un agente histórico propio de la modernidad: el intelectual. La explotación de plusvalor relativo y el correlativo desarrollo tecnológico sometido al capital resalta como el núcleo y fundamento de dichas condiciones de posibilidad. Cuyo desarrollo exponencial en la época de la mundialización del capitalismo ha suscitado que bajo la modernidad cultural tenga lugar otro fenómeno mundial: la intelectualización de la sociedad, así como la hipóstasis e hipertrofia del propio intelectual, en la medida en que se mantiene sometido a los intereses del capital no solo clasistas y nacionales, sino incluso, geopolíticos y hegemónicos. Por aquí es que se explica el comportamiento de los intelectuales orgánicos de la derecha, se ofrecen ejemplos descollantes de los mismos como el de Mario Vargas Llosa y antes el de Jorge Luis Borges, quien tomara posición respecto de los eventos de rebeldía estudiantil y juvenil mundiales de 1968. Evento histórico que inauguró la emergencia de una formidable tendencia mundial, también de tipo intelectual y a contrapunto de la hipóstasis del intelectual: la generalización y radicalización del discurso crítico de intención trascendente respecto de la modernidad capitalista; y, con ello, la conformación de un nuevo tipo de intelectual. 

* Doctor en Estudios Latinoamericanos UNAM. Información y colaboraciones: (revistaiconos Revista Íconos:  Íconos. Revista de Ciencias Sociales está incluida en los siguientes índices científicos: Academic Search Premier; Directory of Publishing Opportunities (CABELL’S); Clasificación Integrada de Revistas Científicas (CIRC); Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales (CLASE); DIALNET; Directory of Open Access Journal (DOAJ); Emerging Source Citation Index (ESCI) Web of Science; ERIHPLUS; FLACSO Andes; Fuente Académica Plus; Hispanic American Periodical Index (HAPI); International Bibliography of the Social Science (IBSS); Informe Académico Thompson Gale; International Institute of Organized Research (I2OR); LatAm-Studies, LATINDEX- catálogo; MIAR; Political Science Complete; REDALYC; REDIB; SciELO Ecuador; Sociological Abstracts; Social Science Jornals. Sociology Collection; Ulrich’s Periodical Directory; Worldwide Political Science Abstracts (WPSA). Página web: www.revistaiconos.ec Correo electrónico: revistaiconos Número anterior: ICONOS 63: Economía popular: entre la informalidad y la reproducción ampliada Número siguiente: ICONOS 65: Controles democráticos y cambio institucional en América Latina Despojo(s), segregación social del espacio y territorios de resistencia en América Latina Presentación del dossier Ivette Vallejo, Giannina Zamora y William Sacher De los frentes de expansión a los grandes proyectos de desarrollo: emergencia en las comunidades de los sertões de Itacurubak Poliana de Sousa Nascimento Turismo y acumulación de capital: una mirada a la Reserva de la Biosfera Sian Ka’an Alejandra Rojas Correa y Alejandro Palafox-Muñoz Mujeres me’phaa, resistencia y sentido del lugar ante los despojos del extractivismo y el narcotráfico Erika Sebastián Aguilar Racismo ambiental: muerte lenta y despojo de territorio ancestral afroecuatoriano en Esmeraldas María Moreno Parra Geografías violentadas y experiencias de reexistencia. El caso de Buenaventura, Colombia, 2005-2015 Jefferson Jaramillo Marín, Érika Parrado Pardo y Wooldy Edson Louidor Escribir las relaciones y el territorio Luis Campos Medina y Víctor Suazo Pereda El Taller Tzotzil 1985-2002. Un proyecto colaborativo de investigación y publicación en Los Altos de Chiapas de Jan Rus, Diane L. Rus y Salvador Guzmán Bakbolom Carolina Pecker Madeo Sistema mundial, intercambio desigual y renta de la tierra de Jaime Osorio Héctor Martínez Álvarez Para qué sirve la epistemología a un investigador y a un profesor de Pablo Guadarrama Ricardo Rizo Cruz 64 

REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES 











Año 23 No. 64 Mayo de 2019 Cuatrimestral DOSSIER RESEÑAS 

Revista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales - Sede Ecuador ENSAYO VISUAL Ser diferente en un mundo de semejanzas: 
ensayo sobre la dimensión simbólica de la vulnerabilidad Ducange Médor Bertho Tercerización laboral en la siderurgia argentina: empresas de ex trabajadores en Acindar Villa Constitución y Siderar Ensenada María Alejandra Esponda y Julia Strada “Disparen contra las olas”: securitización y militarización de desastres naturales y ayuda humanitaria en América Latina Alejandro Frenkel Políticas indigenistas en la Argentina kirchnerista 

Sofía Soria TEMAS
 
 82 Jorge Veraza Urtuzuástegui / Crisis de los intelectuales y del intelecto en la era de la intelectualización de la sociedad la matanza perpetrada por el ejército mexicano apostado en lugares estratégicos contra una multitud indefensa que se manifestaba democráticamente precisamente para exigir democracia. Y llega la carta (en realidad, un corto y reconcentrado telegrama) de Borges, desde Argentina, felicitando al gorila máximo de México, Gustavo Díaz Ordaz. Una carta, que no se sabe cómo, extrajo diversas letras y aún su sabiduría estadólatra de El Aleph1 para su redacción. “El jardín de senderos que se bifurcan”,2 ese otro magnífico cuento de Borges, pareciera describir el tipo de mentalidad esquizoide que un intelectual como él poseyera: 

Yo descreo de la política no de la ética. Nunca la política intervino en mi obra literaria, aunque no dudo que este tipo de creencias puedan engrandecer una obra. Vean, si no, a Whitman, que creyó en la democracia y así pudo escribir Leaves of Grass, o a Neruda, a quien el comunismo convirtió en un gran poeta épico… Yo nunca he pertenecido a ningún partido, ni soy el representante de ningún gobierno... Yo creo en el Individuo, descreo del Estado. Quizás yo no sea más que un pacífico y silencioso anarquista que sueña con la desaparición de los gobiernos. La idea de un máximo de Individuo y de un mínimo de Estado es lo que desearía hoy...3 O quizá es que vemos que se bifurcan los senderos del jardín, pero, en la penumbra y dando vuelta, en un recodo, se vuelven a unir. En fin, que no solo se trata de dar cuenta de la relación de los intelectuales y el poder sino que hay ocasiones en que en la mente del intelectual del caso, la relación entre su idea del poder y su idea del arte o de otros temas a los que dedique su intelecto, cuando no hace la apología o la crítica del poder, no es fácil de desentrañar; pero debe ser explicada, precisamente, para decidir si la actuación del intelectual del caso ya sea comportándose apologética o críticamente contra el poder, es una actuación ética, concordante con el resto de sus convicciones e idea del mundo, así como con el bien común. Hubo intelectuales mexicanos que también apoyaron a Díaz Ordaz antes y después de la masacre del 2 de octubre y aun debido a ella. Y otros que lo criticaron y repudiaron, como Carlos Fuentes y Elena Poniatowska así como Octavio Paz, etcétera. Aunque este último veinte años después, en 1988, convirtiéndose en un apologeta del poder, convalidó el fraude electoral llevado a cabo en las elecciones de ese año contra el candidato Cuauhtémoc Cárdenas a favor del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Carlos Salinas de Gortari. 

¿Fue ética su postura en ambos casos o solo lo fue cuando se enfrentó a Díaz Ordaz o, a 1. Jorge Luis Borges (1946). El Aleph. Losada, Buenos Aires. 2. Jorge Luis Borges (1944). “El jardín de senderos que se bifurcan”. Ficciones. Emecé Editores, Buenos Aires. 3. James Woodall (1999). La vida de Jorge Luis Borges. El hombre en el espejo del libro. Gedisa, Barcelona. www.flacsoandes.edu.ec Ecuador Debate 107 / Tema Central 83 la inversa, solo cuando convalidó el fraude electoral que diera el banderazo de salida a todos los gobiernos neoliberales que han depredado las riquezas nacionales favoreciendo a la oligarquía mexicana, a la “mafia en el poder”, como la denominara Andrés Manuel López Obrador (AMLO);4 la cual entregara el país a Estados Unidos, así como a las trasnacionales norteamericanas y españolas principalmente? Por donde se revela a las claras que la relación del intelectual con el poder está mediada por la relación de las clases sociales con el poder y con el intelectual, pues las ideas e intervenciones de este sirven a una o a otra clase. En el ejemplo que nos ocupa, Octavio Paz se puso al servicio de la referida oligarquía mexicana. Pero, el ejemplo de la masacre de Tlatelolco contra el movimiento estudiantil mexicano, no solo nos muestra a unos seres pensantes, los estudiantes y sus maestros, que pugnan por la razón y la democracia y, a otros seres pensantes, los intelectuales apologetas del poder que se les oponen presuntamente con razones y por democracia; así que es decisivo no solo valorar la relación política del intelectual con el poder y su relación ética consigo mismo y con el pueblo sino, también, su relación epistemológica con el poder y la coherencia de sus pensamientos o posible incoherencia. Tanto, cuando es notada por el intelectual y no le importa ser incoherente en vista de servir adecuadamente, como cuando le pasa desapercibida y esta inconciencia es el motivo de que actué como actúa. 

Otra cosa es que si se la denuncia, él tenga la capacidad de reconocerla o no, y de cambiar su postura consecuentemente. Sí, no solo por todo esto es significativo el ejemplo de la masacre del 2 de octubre sino, también, porque nos muestra que, en el mundo contemporáneo, el del mercado mundial capitalista realizado o maquinísticogranindustrial, la relación del intelectual con el poder no solo está mediada por la relación del intelectual con sus pueblos y con las clases nacionales del país al que pertenece sino –como lo muestra esa carta proveniente casi desde la Patagonia y que fuera leída en Los Pinos,5 en el corazón de la ciudad de México, 4. Andrés Manuel López Obrador (2010). La mafia que se adueñó de México… y el 2012. Grijalbo Mondadori, México. 5. “Una caja que se encuentra en la galería dos, del Archivo General de la Nación (AGN), depositada en el fondo Gobernación, contiene telegramas enviados al Presidente de la República en los días posteriores al 2 de octubre de 1968 por políticos, empresarios y líderes de organizaciones afines al régimen en todo el país. En medio de centenares de papeles está uno fechado en Buenos Aires, el 23 de octubre de aquel año; el mensaje es escueto: 

“Rogamos haga llegar nuestra adhesión al gobierno de México”, está dirigido a Luis Echeverría y lo firman Jorge Luis Borges, Manuel Peyrou y Adolfo Bioy Casares. Luis Echeverría Álvarez era el Secretario de Gobernación bajo la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz. Para el historiador Lorenzo Meyer, el documento no deja lugar a duda: El telegrama no debía decir: “Qué bueno que le disparó a estudiantes en Tlatelolco”. Con la simple adhesión, Borges deja claro que pensaba que había un complot comunista en México y estaba de acuerdo con el mandatario mexicano. De otra forma, ¿para qué le escribiría un escritor argentino el 23 de octubre de 1968 a Díaz Ordaz? No hay vuelta de hoja”. Con este respaldo, señala Meyer, Borges buscó trasladar al Presidente el respeto y la admiración que poseía como escritor. La Redacción, “Borges y su espaldarazo a Díaz Ordaz”, Proceso, 5 de octubre 2003. www.flacsoandes.edu.ec 84 Jorge Veraza Urtuzuástegui / Crisis de los intelectuales y del intelecto en la era de la intelectualización de la sociedad el cósmico ombligo de la Luna–6 por relaciones internacionales de dominación geopolítica de estados y de clases que representan estos estados. Pues el dominio geopolítico del Estado norteamericano sobre toda Latinoamérica, al servicio de los intereses de la burguesía norteamericana, no solo escribió el guion que Díaz Ordaz perfeccionó concretando su ingeniosa trampa sino, también, el de la carta de Borges a Díaz Ordaz. Muy posiblemente la primera ocasión en que en una carta de felicitación a un asesino represor, jefe de un gobierno que debió haber servido al pueblo, se involucraron no solamente las relaciones de clase sino también las de la geopolítica internacional para poder comprender su texto. Y he ahí otro interesante problema a resolver, que para utilizar otro título célebre, ahora de André Breton, nombraremos el de Los vasos comunicantes.7 Sí, ¿cómo explicar, mediante qué mediaciones, que la carta redactada por Borges siguiera el guion del Big Stick norteamericano? Puestas a la vista las relaciones fundamentales constitutivas del tema que nos ocupa y antes de abordarlas, deberemos dar un paso más y asumir nuestro tema como problema, si queremos en verdad resolverlo. En efecto, hasta aquí hemos asumido como sabido, qué es un intelectual y qué es el poder; pero, en verdad ¿qué es un intelectual? tantoVoltaire (vocero de la aristocracia ilustrada y contraria al rey, señalada por los jesuitas como corrupta)8 como Jean-Paul Sartre (demócrata antiimperialista autor de la Crítica de la Razón Dialéctica,9 vocero del renacimiento proletario fuera de su enclaustramiento estalinista en pro de un marxismo crítico) fueron y tuvieron la reputación de serlo, aunque difieren grandemente entre sí. Y lo son todos los latinoamericanos nombrados más arriba, así como, a no dudarlo, André Breton, pero difieren mucho de aquellos, además de que todos ostentan como nota común el ser escritores de literatura, pero esta no es una nota definitoria para ser un intelectual. Y en la actualidad 

¿no debemos considerar a Julian Assange no solo como un periodista sino como un intelectual, en tanto que es un crítico del poder y aún del poder totalitario más poderoso del planeta pero que se enmascara de ser democrático y salvador de los pueblos, el del Estado Norteamericano? 

Y, precisamente, Assange hizo patente a todo el orbe que se trataba de un poder tal, enmascarado y brutal por sobre las apariencias en contrario. Pero; ciertamente, Assange sería un intelectual de una manera muy diferente a como lo han sido los anteriormente mencionados. Más aún 

¿qué es eso del poder? 

¿El Estado? 

¿Y el del pueblo no lo es o el de cada una de las clases sociales de una nación? Ciertamente en cada ocasión, las relaciones de lo que pueda ser un intelectual con cada uno de dichos entes es muy distinta. Así que, no demos por obvio que la relación de los intelectuales y el poder se refiere solo a la que pueden tener 6. Gutierre Tibón (2005). El ombligo como centro cósmico: una contribución a la historia de las religiones. FCE. México. 7. André Breton (1965). Los vasos comunicantes. Editorial Joaquín Mortiz, México. 8. Antonio Gramsci (1974:14-17). Antología. Siglo XXI, Madrid. 9. Jean-Paul Sartre (1963). Crítica de la Razón Dialéctica. Editorial Losada, Buenos Aires. www.flacsoandes.edu.ec Ecuador Debate 107 / Tema Central 85 con el Estado, positiva o negativa, apologética o crítica o de presunta indiferencia. En lo que sigue, iremos construyendo el significado de la palabra intelectual, en vez de usar las diez o quince acepciones que ha tenido desde el caso Dreyfus10 (1894), cuando se utilizó explícitamente; y más atrás, cuando existieron intelectuales como Goethe, Marx o Voltaire y Sade pero no fueron llamados así; o como Diderot y Rosseau que fueron llamados filósofos, etcétera. Qué es un intelectual básicamente, sino aquel que usa el intelecto; y se entiende, no en general, sino en forma predominante como medio de vida y en oposición al trabajo manual y corporal. Así que, en primer lugar, los maestros y los alumnos, como los aludidos del 68, dedicados como están a cultivar la educación; población en continuo crecimiento en el mundo contemporáneo, dada la tecnificación constante y aún la creciente automatización de los procesos laborales; de suerte que los seres humanos se ven crecientemente liberados del trabajo manual en favor del intelectual. De manera que, los maestros preparan a los alumnos para que formen parte de este ejército de trabajadores que crecientemente es intelectual y no manual. El plusvalor y la modernidad capitalista o la conformación histórica y estructural del intelectual El desarrollo del capitalismo –que no su mera reproducción simple o ampliada–11 se sustenta en la explotación de plusvalor relativo, aquel que se obtiene mediante introducción de nueva tecnología para volver más competitivo a cada capitalista en la competencia entre los múltiples capitalistas,12 y del desarrollo de esta forma de plusvalor es que deriva el crecimiento del trabajo intelectual a la par de la ocurrencia de la modernización de la sociedad; que para nosotros es, hoy, palpablemente de medida mundial.13 

Mídase por aquí la importancia del desarrollo intelectual en el mundo contemporáneo y nótense las raíces de tal desarrollo, al interior del cual el Estado no es –como se cree– la base y núcleo sino el resultado y el pivote regulador. Por lo que, cuanto más plusvalor se quiere, mayor es el relativo y más crece el trabajo intelectual; precisamente cuanto más se desarrolla el capitalismo. Siendo la Subsunción real del proceso de trabajo bajo el 10. El capitán del Ejército Francés, de origen judío, Alfred Dreyfus fue acusado injustamente de traición. Sus detractores provocaron intensos disturbios antisemitas que presionaban para convalidar el veredicto de culpabilidad que recibió su juicio. Durante el caso fue acuñado el término “intelectual”, como un calificativo peyorativo utilizado por los sectores conservadores, monárquicos, nacionalistas y antisemitas -contrarios a los ideales burgueses de la Revolución Francesa- para nombrar a los científicos, artistas y literatos, personas que, apoyaban la inocencia de Dreyfus. 11. Karl Marx (1975). El capital. Crítica de la Economía Política, Tomo I, Vol. 3, Sección séptima “El proceso de acumulación del capital”. Siglo XXI, México. 12. Karl Marx (1975). El capital, Tomo III, Vol. 6, Introducción y Sección segunda. “La transformación de la ganancia en ganancia media”. Siglo XXI, México. 13. Jorge Veraza (1999). Revolución mundial y medidas geopolíticas de capital. A 150 años de la revolución de 1848. Itaca, México. www.flacsoandes.edu.ec 86 Jorge Veraza Urtuzuástegui / Crisis de los intelectuales y del intelecto en la era de la intelectualización de la sociedad capital (SRPT/K)14 –pues tal es la operación necesaria para lograr la explotación del plusvalor relativo, recién aludido– sí, la SRPT/K es el núcleo de la automatización de la producción, así como el fundamento del desarrollo del trabajo intelectual de la sociedad burguesa y de la modernización civilizatoria, política y cultural de la misma. 

Civilizatoria: urbanización, comodidades y consumo crecientes, armamentos y transportes, así como medios de comunicación cada vez más potentes. 

Política: Estados racionalmente administrados y hoy computarizados, estado de derecho como burbuja calculable dentro de la cual los negocios transcurren adecuadamente, regulación republicana de las áreas del Estado en vista de contrapesar –actor bien señalado por Montesquieu–15 sus diversas instancias de poder (ejecutiva, legislativa y judicial), a fin de volverlo eficaz y creíble a la hora de tener que neutralizar –pues es imposible abolirlas– las contradicciones clasistas de la sociedad, en especial las de la burguesía con el proletariado. Cuyos miembros futuros acabamos de dejar tomando sus clases con sus respectivos profesores en sendos planteles educativos. 

De por medio la creación del sistema de partidos políticos para agrupar a los contendientes del campo de batalla y poder regularlos desde del Estado. Y todo esto –la modernización civilizatoria y política de la sociedad– transcurre mientras las artes y la filosofía se desarrollan, lo mismo que las religiones. Mientras surgen nuevos problemas sociales creados en el curso del proceso modernizador entero y deben desarrollarse nuevas ciencias sociales, para entenderlos y para establecer los mejores lineamientos de intervención en los mismos; e incluso, en la medida de lo posible, por cierto un posible en continua ampliación, para lograr que dichas ciencias –desde la economía a la psicología social, pasando por la sociología y la antropología social– prevean y modelen el curso de la modernización cultural; la cual emerge a fin de generar el menor número de problemas en su desarrollo. Loable fin que, desafortunadamente, en múltiples ocasiones se ve contravenido tanto por la realidad como por los propios principios metodológicos de las ciencias en cuestión. Paradoja ontohistórica y metodológica de la que la teoría económica neoliberal, la de los tristemente célebres Chicagoboys, nos acaba de ofrecer por lo menos un doble espectáculo ilustrativo mundial: la primera vez con la crisis económica neoliberal de 1997 en Asia, y la segunda con la crisis económica mundial de 2007, cuyas secuelas prosiguen, y en las que se apuntó, primero (1997) a que dicha teoría económica debía ser dejada de lado; y, luego (2007), toda vez que se persistió en ella, a barrerla simplemente por la vía de hecho. Aunque muchos Estados y los intelectuales a su servicio, se esforzaron en apuntalarla y a rigidizarla o hacerle modificaciones cosméticas en lugar de re14. 

Karl Marx (1975). El capital, Tomo I, Vol. 2, Capítulo XIV “Plusvalor absoluto y plusvalor relativo”. Siglo XXI, México, y, del mismo autor y año, El capital Libro Capítulo VI (inédito). Resultados del proceso inmediato de producción, Parte I “La producción capitalista como producción de plusvalía”. Siglo XXI, México. 15. Montesquieu (1977). Del espíritu de las leyes. Porrúa, Colección “Sepan Cuántos”, México. www.flacsoandes.edu.ec Ecuador Debate 107 / Tema Central 87 vocarla, porque así convenía a los intereses de sus respectivas oligarquías, aunque cada vez menos a sus burguesías tomadas en conjunto; y, por supuesto, de ninguna manera a sus pueblos. Ni al balance del capital mundial, que a diferencia de los capitalistas particulares no puede lucrar con el derrumbe general que significa una crisis económica, sino que él mismo lo sufre. 

Por eso, cada vez más, se ha profundizado dicha crisis económica y la correspondiente a la de la política económica neoliberal, así como la de los intelectuales al servicio de los Estados neoliberales; muchos de ellos incrustados en América Latina. De modo que, la cuestión de los intelectuales en relación al poder, se suscita en el curso del cuestionamiento práctico de dichos intelectuales al destruirse la base económica de los Estados a los que servían y en ocasión de la catástrofe de sus posiciones vueltas evidentemente irracionales cuando antes ya lo eran, pero no se les notaba. Mientras tanto, de otro lado, surgían intelectuales que sostenían tesis contrarias en cuanto a economía, derecho, política, moral, cultura, etcétera. Valga lo dicho como ejemplo sucinto de cómo una ciencia social metodológicamente truncada es sustituida por otra –lucha intelectual y práctica de por medio– en tanto pieza de recambio del desarrollo capitalista modernizador, esto es, de creciente explotación de plusvalor relativo y de la consustancial automatización creciente de la producción y el creciente comercio y las crecientes finanzas al servicio del dominio del capital industrial, por cierto, mundial. Todo en medio de una trama en la que los BRICS, sobre todo China y Rusia, van descollando mientras EUA se resiste a ceder poder económico y geopolítico ante el avance de esos formidables países capitalistas y EUA se debilita relativamente. Así las cosas, la cuestión de los intelectuales cruza por el centro del control hegemónico mundial y de la transformación de sus modalidades de ejercicio. Pero antes de nuestro ejemplo, nos encontrábamos viendo surgir, en medio de la modernización creciente del planeta, las diversas ciencias sociales. Mientras que, las naturales se fueron desarrollando con anticipación, pues de ellas depende el desarrollo tecnológico necesario para poder explotar el creciente plusvalor relativo pero; el mundo que le corresponde a este evento, en el que se apuntala y al que alimenta o contribuye a forjar, la modernidad capitalista, como la nombrara Bolívar Echeverría,16 este mundo, requiere del surgimiento y del desarrollo de las diversas ciencias sociales, comenzando por la economía política, para entenderse y regirse y, aun, planearse y programarse; si bien, con las deficiencias y paradojas históricas y epistemológicas del caso, pues forman igualmente parte de la modernización cultural. De cualquier manera, los trabajadores intelectuales científico naturales y sociales, se multiplican y complejizan en el curso de la modernización capitalista. Así que, no solo habrá que contar con los maestros que enseñarán y los alumnos, pues estos deberán aprehender dichas ciencias para convertirse en 16. Bolívar Echeverría (2011). Antología. Crítica de la modernidad capitalista.Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, La Paz. www.flacsoandes.edu.ec 88 Jorge Veraza Urtuzuástegui / Crisis de los intelectuales y del intelecto en la era de la intelectualización de la sociedad trabajadores intelectuales a los que se les explotará plusvalor sea como técnicos sea como científicos. O que serán trabajadores intelectuales administrativos o funcionarios políticos y periodistas, así como los múltiples líderes políticos. Formas diversas del ser intelectual. Incluidos los clérigos de todas las confesiones, los artistas y los filósofos. 

Pero todavía existe otro tipo de intelectual y al que desde el siglo XVIII se lo distinguió del resto de la población y aun del resto de personas que usaban el intelecto para ganarse la vida, nombrándolo filósofo o intelectual, precisamente. Sí, como si solo él usara el intelecto y los demás no. Modernidad cultural e hipóstasis del intelectual Este extraño quid pro quo no deja de ser interesante. Y el sentido común mercantil capitalista17 que contiene el término intelectual, en realidad está sesgado por la ideología dominante, para hacer que este suponga laudatoriamente, que solo el intelectual es el que piensa, mientras desprecia al resto de ciudadanos en tanto consumidores de lo que aquel propone. Es decir que, también, piensan; pero con defecto y minoridad, reiterativa, repetitiva y no propositiva o creativamente. Es que los pensadores que recibieron el nombre de intelectuales en tanto servidores de la clase dominante, se los exaltó casi como dioses creadores o magos del pensar; solo bien entrado el siglo XIX los pensadores de las clases subalternas también recibirían el nombre de intelectuales; de tal manera que Antonio Gramsci,18 a mediados de los años veinte, ya los considera intelectuales orgánicos de una clase social o de otra, es decir, que completan suficientemente lo que es esa clase, esto es, que no podría dicha clase funcionar como tal si no tuviera intelectuales como guías e ideólogos de su acción, sea de dominio o de combate del dominio de la clase opuesta. Sin embargo, en ese entonces, la división del trabajo aún era resaltantemente de trabajadores manuales e intelectuales; así que el carácter mágico involucrado en la palabra intelectual, no se disolvió, sino que se extendió y adquirió forma contrapuesta; mientras que, actualmente, empieza a predominar no solo esta división aún vigente y básica, sino aquella que diferencia entre las distintas formas de trabajadores intelectuales. Así que en la actualidad va resultando cada vez más extraño a todo mundo que solo un tipo de todos los seres que piensan sean nombrados como pensantes por antonomasia. Siendo, precisamente, ahora que nos preguntamos por el intelectual y el poder. En realidad, los diversos trabajadores intelectuales realizan tareas específicas de transformación de la naturaleza (los científicos naturales y los técnicos correspondientes), o de intervención en la sociedad para su regulación y modelamiento, 17. Jorge Veraza (2019). Marx y la psicología social del sentido común, Contribución a la teoría marxista del sentido común. Itaca, México. 18. Antonio Gramsci (1974:388-389). Antología. Siglo XXI, Madrid. www.flacsoandes.edu.ec Ecuador Debate 107 / Tema Central 89 estatalmente coordinado, acorde con las necesidades de la acumulación de capital en cada coyuntura (los científicos sociales y los correspondientes técnicos), o tenemos al filósofo, ocupado en considerar la coordinación de ambos ámbitos; es así que observa, como un todo racionalmente explicado, la realidad; mientras los religiosos consideran todo sentimentalmente y nuestra relación con el mismo en tanto seres finitos o mortales y sexuados que somos procreados; mientras las distintas artes se ocupan de observarlo por partes y según los diversos sentidos fisiológicamente determinados, con los que nos apropiamos del mundo. 

Pero; existen ciertos pensadores que aparentemente no trabajan para nadie así que no pareciera que debiéramos considerarlos como trabajadores intelectuales, son a los que se les llama intelectuales. No se ocupan de una labor específica, como lo es toda labor; que no es ni la ya consensuada estatalmente, ni transforma sectores precisos de la naturaleza, sino que intervienen en el curso de los acontecimientos, en la coyuntura pues, en la confrontación clasista de la sociedad para favorecer a cierta clase; originalmente a la dominante, según dijimos, sin embargo, debe aparentarse que no es así sino que se piensa en favor del bien común, como si hablara Dios y fuera inapelable su dicho, aunque es un ser humano el que lo hace, así que ya al nombrarlo se le otorga el poder del pensamiento en su modo agudo, de intelecto, y se implica que los demás carecemos del mismo así que no tenemos derecho a contradecirlo, todo con la finalidad de que el Estado tome las propuestas de dichos individuos, como mandato, más no de clase sino social, en su más genuino y humano sentido… para que sirva, eso sí, a la clase dominante. La intelectualización de la sociedad y La Creación… de Miguel Ángel La automatización de la producción,19 mediante explotación de plusvalor relativo a la clase obrera planetaria, es la punta de lanza de la acumulación de capital, es decir, la reproducción ampliada de este, así que conforme avanza somete cada vez a un mayor número de seres humanos a la explotación capitalista, tanto de plusvalor absoluto como de relativo. De tal manera que, la automatización del proceso de producción mediante la explotación de plusvalor relativo, genera una creciente proletarización de la humanidad,20 inclusiva de ambos sexos nada menos que conforme tiene lugar la creciente proletarización del trabajo intelectual, según señalará atinadamente Ernest Mandel hacia 1972, en sus análisis del Movi19. Karl Marx (1975: 451-613). El capital, Tomo I, Vol. 2, Capítulo XIII, “Maquinaria y Gran Industria”; Siglo XXI, México; y, del mismo autor (1971: [592] - [599]), Elementos Fundamentales para Crítica de la Economía Política (Grundrisse) 1857-1858. Siglo XXI, México. 20. Jorge Veraza (2008: 17-58). “Proletarización de la humanidad y subsunción real del consumo bajo el capital” en Subsunción Real del Consumo al Capital. Dominación fisiológica y psicológica en la sociedad contemporánea. Itaca, México. www.flacsoandes.edu.ec 90 Jorge Veraza Urtuzuástegui / Crisis de los intelectuales y del intelecto en la era de la intelectualización de la sociedad miento de 1968,21 en el contexto por él así llamado, capitalismo tardío.22 

El actual proceso de automatización de la sociedad mediante explotación de plusvalor relativo, se nos revela igualmente como proceso de creciente intelectualización de la sociedad. Es decir que, en primer lugar, la masa proletarizada está cada vez más formada por trabajadores intelectuales, ellos mismos proletarizados.Y, en segundo lugar, el número absoluto de técnicos intelectuales (burócratas y computacionales tanto administrativos como productivos), y de científicos naturales y sociales de ambos sexos, se amplía crecientemente, a la par de los filósofos y literatos, así como de artistas de toda índole y ni que decirlo, de los así llamados intelectuales, cuya intervención ideológica en la lucha de clases, sea apologética o crítica, adquiere un impacto cada vez más poderoso. Pues, en tercer lugar, ya solo un logos múltiple y controvertido, es el único discurso capaz de comunicar a este ejército intelectual humano creciente y ya no más un sentido común estático, donde los saberes tienen un nicho reducido. Y lo comunica, en cuarto lugar, también, a través de medios de comunicación masivos crecientemente automatizados como la internet, en donde las redes sociales son el epítome de la intelectualización de la sociedad, pues multiplican por millones las conversaciones que no son más orales sino escritas y analizadas por todos, y por todos contestadas tanto en tiempo real como diferido. En quinto lugar, intelectualización de la sociedad sobre la base de la creciente explotación de plusvalor relativo –de despojos y de superexplotación, procesos que por falta de espacio apenas podemos aludir– sí, la intelectualización de la sociedad, no puede significar sino enajenación creciente, en particular de la inteligencia de la sociedad, su estupidización masiva, al mismo tiempo que la formidable lucha de la sociedad y de todos sus trabajadores intelectuales por zafarse de tal designio favorable al dominio oligárquico de la sociedad. La era de la inteligencia artificial (IA) digital es, simultáneamente la de la artificialización o mero fingimiento de inteligencia humana en particular la de la intelligentia. Y, además, la estupidización de la sociedad conforme se la intelectualiza crecientemente, sucede gracias a la transformación del proceso de SRPT/K según una complicación patológica que ocurre bajo la forma de SRC/K o, en otros términos, se debe a que la explotación de plusvalor absoluto y relativo en la actualidad se encuentra condicionada sistemáticamente a que dicho plusvalor solo se realiza, solo si se objetiva en valores de uso nocivos y cada vez más nocivos que alteran la fisiología de los seres humanos, no pudiendo sino degradar también sus mentes, desde su percepción y emociones hasta sus capacidades discursivas, etcétera. Veamos con mayor cuidado la intelectualización de la sociedad, correlato de la proletarización de la humanidad y de la del trabajo intelectual, signos de los resultados del desarrollo histórico capitalista, tema que Marx trata en la sección 21. 

Ernest Mandel (1973). “La Proletarización del Trabajo Intelectual y la crisis de la producción capitalista”, en La rebelión estudiantil y la sociedad contemporánea. UNAM, México. 22. Ernest Mandel (1972). El Capitalismo Tardío. Ediciones ERA, México. www.flacsoandes.edu.ec Ecuador Debate 107 / Tema Central 91 quinta del Tomo I de El capital. La operación conjunta de la SRPT/K y la SFPT/K, es lo que Marx trata en esa sección, pues estos procesos de sometimiento del proceso de trabajo son los factores nucleares del desarrollo del capitalismo; de suerte que, si el capital logra someter formal y realmente al proceso de trabajo y explotarle al obrero plusvalor absoluto y relativo, logrará desarrollarse. Y a la entrada de dicha sección, es decir en el segundo párrafo del capítulo catorce,23 Marx nos ofrece los dos resultados generales del desarrollo histórico capitalista. Al primero lo ejemplifica con el devenir del trabajo explotado de la labor de un maestro de escuela –cuando que pareciera tratarse de una profesión liberal– al que se le explota plusvalor, como si se tratara de un obrero manual fabril cualquiera. La proletarización de la sociedad llega a tal grado aquí, que hasta el trabajo intelectual, antes exterior al proceso de producción capitalista, lo vemos sometido a ella: proletarización del trabajo intelectual –nombró atinadamente Mandel–. Y aún más, no se trata solo de que un maestro aislado es explotado en una escuela capitalista que lucra formando cabecitas de niños, sino de que, el proceso de producción capitalista se complejiza a tal grado, con el desarrollo maquinístico gran industrial convertido en un formidable autómata mecánico, y, con más precisión, como un sistema automático de máquinas, dice Marx24 –raíz de la automatización productiva y de la IA–25 que el producto de dicho proceso solo puede ser resultado de la combinación de múltiples trabajadores manuales e intelectuales, dando por descontado el hecho de que, la maquinaria misma, es el resultado del trabajo intelectual tanto científico como técnico combinados. Por eso ya no tenemos más al obrero individual y a su familia sino al obrero combinado y, de hecho, al obrero total, al Gesammtarbeiter, precisa Marx. Involucrando de otro lado al tercer gran resultado del desarrollo histórico capitalista: 

el capital total o Gesammtkapital que se opone al Gesammtarbeiter, recién mencionado. Ni más ni menos, en el contexto del mercado mundial maquinístico gran industrial, hoy vemos ante nosotros ambas realizaciones anunciadas por Marx bajo la configuración de una creciente intelectualización de la clase obrera y de una intelectualización de la sociedad, de por medio la puesta en crisis del ser intelectual y del intelecto de la sociedad, ante su enajenación como idiotización y banalización de los discursos y del pensamiento humano, ante la emergencia del monopolio informático de los mass media y de la IA que potencia dicho monopolio. Todo ello, precisamente, en ocasión de que la IA es esgrimida de manera policiaca y totalitaria por el capital, contra toda la población, al tiempo que dicha IA es ofrecida como medio de consumo comu23. Karl Marx (1975:615-617). El capital, Tomo I, Vol. 2, Capítulo XIV “Plusvalor Absoluto y Plusvalor Relativo”. Siglo XXI, México. 24. Karl Marx (1975:451-613). El capital, Tomo I, Vol. 2, Capítulo XIII “Maquinaria y Gran Industria” Siglo XXI, México. 25. Jorge Veraza (2018). “Karl Marx e Inteligencia Artificial”, Revista trabajadores, Nº 128. Universidad Obrera de México “Vicente Lombardo Toledano”, México. www.flacsoandes.edu.ec 92 Jorge Veraza Urtuzuástegui / Crisis de los intelectuales y del intelecto en la era de la intelectualización de la sociedad nicacional predilecto:26 smartphone, Caballo de Troya que se te mete en el cerebro y las vísceras placenteramente, para avasallarte fisiológica y psicológicamente.27 

Destrucción del tejido social y de su moralidad de por medio. Por lo que puedes esperar de un intelectual pro burguesía y peor aún de un intelectual orgánico (IO) hecho y derecho –nacidos y formados en dicho contexto–, es la total degradación moral del ser humano vuelta arma del imperio norteamericano y del imperio del capital en general, contra la humanidad en general y contra pueblos, individuos y grupos en particular. El Movimiento de 68 –formidable emergencia de la proletarización del trabajo intelectual (Mandel) y de la proletarización de la humanidad–28 significó muchas cosas, pero entre ellas una que nos interesa aquí. Intelectuales servidores del, por así decirlo, “Antiguo Régimen” capitalista contra nuevos intelectuales apenas estudiantes y sus profesores, representantes de la próxima plataforma tecnológica del capitalismo –por ejemplo, en México–. Aquellos convalidaron la masacre del 2 de octubre, mientras los masacrados eran solo parte de un ejército de estudiantes y profesores, cuyos sobrevivientes se convirtieron en la intelectualidad que debía enterrar al aludido antiguo régimen capitalista mexicano y, a todos sus intelectuales que no se renovaran, reprogramaran o rehicieran en acuerdo a la nueva situación de modernización. Fue la Primera Gran Batalla Campal Mundial entre Intelectuales. Y en la que debatieron no solo al bando contrario sino que, más de fondo –como lo emblematiza el penetrante ensayo de Sartre29 al respecto– debatieron la propia índole del intelectual, la autenticidad de ser intelectual: de qué lado está el intelecto y de qué lado el abismo de la inteligencia mediante torcimiento completo de la personalidad... y en ese contexto y para redondearlo bajo modalidad de retorcerlo, fue que llegó, precisamente, el telegrama de Jorge Luis Borges, en adhesión a Gustavo Díaz Ordaz, autor de la tragedia sesentaiochera mexicana. Un telegrama que, a la manera de la mano de Jahvé en el mural de La Creación de Adán, de Miguel Ángel, revela que el creador casi toca con los dedos la mano de Adán, su criatura... 26. Ibíd. 27. 

Jorge Veraza (2008:17-58). “Proletarización de la humanidad y subsunción real del consumo bajo el capital” en Subsunción Real del Consumo al Capital. Dominación fisiológica y psicológica en la sociedad contemporánea. Itaca, México. 28. Ibíd. 29. 

Jean-Paul Sartre (1968). Sartre, los Intelectuales y la Política. Selección, notas y traducción de Bolívar Echeverría y Carlos Castro. Siglo XXI, México. www.flacsoandes.edu.ec 

Ecuador Debate 107 / Tema Central 93 El espectáculo contemporáneo de los intelectuales orgánicos de la derecha En una Conversación en La Catedral, 30 ante un tarro de cerveza, Mario Vargas Llosa (MVLL), denunció un día al Verdadero Barba Azul,31 arrobándose en diversas “transgresiones sagradas o sagradas transgresiones –se le guatrapeó la lengua como de pasada– que Georges Bataille, viéndolas brotar en caliente del borbollón de los niños degollados por Gilles de Rais, tuvo por útiles para criticar al capitalismo y a la URSS en tanto sociedades industriales productivistas ambas,32 para las que el humano gasto gozoso les es extraño”,33 y dando un sorbo transgresivo y muy humano deleitándose en su ambarina y espumosa bebida, MVLL creyó necesario cambiar de tema; y pasó a defender la transgresiva literatura34 y a atacar a Fidel Castro, cacareo contra “el idiota de Sarte”35 y dijo algo sobre Flaubert y otro sorbo de por medio, pergeñó una como crítica de la sociedad capitalista de consumo36 y, por sobre la misma o quién sabe, pasó a defender a Juan Guaidó37 y a repudiar a Nicolás Maduro y a denostar de paso a Hugo Chávez (you remember, dijo con un guiño de ojo). 

–¿Y Estados Unidos, muy bien?–. 

“Pero no, no. Déjame que te diga, insistió arrastrando un poco la voz, que la Conquista Española de estas tierras no requiere disculparse ante nadie, pues solo bendiciones nos trajo; y le está mal a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sugerir que la Corona Española se disculpe.38 ¿Sugerir, proponer? pero si ya solo tocar el tema suena a exigencia a mi amo, así que hay que decirlo de una buena vez, aunque AMLO no lo haya dicho: le está muy mal exigirle disculpas a la Corona. Y bueno, lo de la ideología de género, déjame decirte que jode el diccionario y...”39 30. Mario Vargas Llosa (2005). Conversaciones en La Catedral. Santillana Ediciones, México. 31. Georges Bataille (1972). El verdadero Barba Azul. La tragedia de Gilles de Rais. Tusquets Editores, Barcelona. 32. Ideas de Mario Vargas Llosa sobre el libro de Georges Bataille, La parte maldita, en su ensayo introductorio al libro del mismo Bataille, El verdadero Barba Azul. La tragedia de Gilles de Rais. Mario Vargas Llosa (1972). La parte maldita. Edhasa, Madrid. 33. Ideas de MVLL en Op. Cit. Acerca del célebre ensayo de Georges Bataille titulado: “La Noción de Gasto”, en La parte maldita, Ed Cit. 34. Ideas de MVLL en Op. Cit. Acerca del libro de Georges Bataille: La literatura y el mal. Mario Vargas Llosa (1959). La literatura y el mal. Editorial Taurus, Barcelona. 35. Juego de palabras atribuido a MVLL entre el título del libro que Jean- Paul Sartre escribiera sobre Gustave Flaubert: El idiota de la familia, y la crítica de MVLL a Sartre por ideas de este sobre Flaubert, en el libro de Mario Vargas Llosa (1975) sobre Flaubert, titulado: 

La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary. Santillana Ediciones, Madrid. 36. Alusión al libro de MVLL (2012): La civilización del espectáculo. Alfaguara, México. 37. MVLL en discurso ante Jair Bolsonaro. Recuperado de: ‹https://cutt.ly/3cOgWV›. 38. El Universal. “Vargas Llosa revira a AMLO: Esa carta debió mandársela él mismo”. Recuperado de: ‹http://cort.as/-KZBk›. 39. La Voz. “Vargas Llosa sobre la conquista, el populismo, el lenguaje inclusivo, Macri y Odebrecht”. Recuperado de: ‹http://cort.as/-KZCC›. www.flacsoandes.edu.ec 94 Jorge Veraza Urtuzuástegui / Crisis de los intelectuales y del intelecto en la era de la intelectualización de la sociedad La agenda de este “Adán” de la oligarquía peruana y española lo es, también, de Trump y de la geopolítica norteamericana. Y más en general, la cuestión es que las agendas de los IO no siempre son coherentes, sino que asemejan una muy libre conversación de cantina. Y que, entre “Premio Nobel” y “Premio Nobel”, para festejarnos, nos echamos otra entre pecho y espalda. Como prueba basta un... –no sé qué– pero, eso sí, por el hilo se reconoce el carrete, como le dijera Sancho a Don Quijote. Voltaire en Micromegas o con su crítica a Leibniz en el Cándido ¿es un intelectual orgánico del Antiguo régimen o de la burguesía francesa? 

Y, ese otro intelectual por antonomasia que fuera Jean-Paul Sartre ¿es un intelectual orgánico del proletariado en su CRD, pero no en Los Comunistas y la Paz y tampoco en El Ser y la Nada y cuando protestó por el encarcelamiento de Karel Kosik contra los neoestalinistas? 

Pero claro que, además levantó la voz por toda la humanidad cuando junto con Bertrand Russell instauró el Tribunal Russell contra los crímenes de EUA en Vietnam. Por supuesto, las distinciones entre IO de la burguesía e IO del proletariado, son orientadoras en la mayoría de los casos y no exactas más que en casos como los de Guaidó, el novísimo títere de EUA. Pero la mayor parte de los intelectuales no son orgánicos, quizá alguno llegue a serlo o quizá no y retroceda de posiciones que ya lo encaminaban por esa senda. Y no puede ser, sino que los individuos –entre ellos los IO– se forjan poco a poco y sinuosamente su destino, y son excepción los IO chatos y redondos a lo Guaidó, aunque en los días que corren los vemos multiplicarse en Operaciones Berlín a lo Enrique Krauze,40 ante la urgencia de EUA de defender su debilitada hegemonía mundial ante el fortalecimiento de China y de otros países capitalistas. 

Pero mentir flagrantemente a lo Krauze y fingir payasadas políticas de risa loca pero con cara seria y un discurso de odio –con guion dictado por la CIA– para forzar ser creído/güeído, no es muy intelectual que digamos. Pero EUA busca peleles, los encuentra y mejor los clona. Pues, al devenir la burguesía norteamericana en burguesía antihistórica –un poco más que la mundial–, no podía este evento epocal sino afectar el carácter de sus intelectuales orgánicos, precisamente cuando son en buena medida sustituibles por bots, alias robots cibernéticos. Así que podemos nombrarlos intelectuales de diseño –así como existen drogas de diseño– sinónimos de Bots animados o Psycobots, para recordar el célebre Psycho Killer de Talking Heads (1974)41 y el American Psycho (2000),42 personajes que dan 40. Alusión a la operación de manipulación mediática de la opinión llevada a cabo en la calle de Berlín en la Colonia del Carmen Coyoacán, de la CDMX, montada por el intelectual orgánico de la derecha mexicana Enrique Krauze. José Gil Olmos, “Operación Berlín”, Proceso, México, 20 de marzo de 2019. Recuperado de: https://cutt.ly/NcUDhx. 41. Personaje de la canción del mismo título del grupo Talking Heads. Canción escrita por David Byrne, Chris Frantz y Tina Weymouth, tocada por primera vez por el grupo The Artistics en 1974 y grabada por Talking Heads en 1977. 42. Título de una película estadounidense coescrita y dirigida por Mary Harron, basada en la novela de Bret Easton Ellis y estrenada en 2000. www.flacsoandes.edu.ec 

Ecuador Debate 107 / Tema Central 95 carácter a nuestra época y como que dan en el blanco casi sin querer, en esta triste desventura en la que han caído los IO de la burguesía contemporánea. Federico Engels, al inicio Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico43 señala que “por su forma teórica el socialismo [moderno] empieza presentándose como una continuación, más o menos desarrollada y más consecuente de los principios proclamados por los grandes ilustrados franceses del siglo XVIII”, es el heredero del máximo desarrollo de la razón que pudo ofrecer la burguesía, incluida la herencia de Hegel que recogiera el socialismo científico; mientras la burguesía después de la Revolución Francesa y a lo largo del siglo XIX vio crecientemente degradada su inteligencia, precisamente, por querer someterla a la defensa de sus intereses de clase cada vez más injustos e irracionales.44 La degradación cultural de la burguesía de entonces a la fecha, por supuesto, incluidos sus IO, no ha mostrado una línea de caída continua sino paradójica, que en el curso del siglo XX ha mostrado momentos de recuperación. Sin embargo, la época neoliberal es la forja de una burguesía antihistórica cuya degradación moral e intelectual es mucho más acusada que la del siglo XIX. Pero esta degradación comúnmente no se les nota en la cara a los IO, incluidos los que son presidentes y dirigentes políticos de dicha clase; precisamente, porque o se la afeitan o el fitness los hace lucir flamantes. Pero, ciertamente, se echa de ver en sus emociones y en su discurso cínico e hipócrita; degradación que sorprendentemente no es de dos caras sino de múltiple personalidad. 

Pero como una época arrastra a todos sus integrantes, vale la pena que los IO proletarios nos vacunemos contra el descerebramiento totalitario que el capitalismo mundial pseudodemocrático pugna por instaurar en el divide y vencerás, que confronta a títeres de derecha -siempre desechables para la burguesía- y títeres de izquierda que sin querer le sirven. Y para no morderme la lengua, paso a recordarme y a exponer ante el lector las características y las condiciones de posibilidad del discurso crítico, pues es el que los intelectuales orgánicos del proletariado auténticos estarían en posibilidad de enarbolar. El discurso crítico ante el panorama actual El intelectual de derecha respecto de la crítica social se asemeja estar manco, pues solo puede ejercitar un criticonismo y a lo más críticas parciales auténticas, así como mentiras pseudocríticas, a veces globalizadoras, como las que en su día esgrimiera Stalin respecto del capitalismo mundial, haciéndose pasar por intelectual de izquierda. 43. Carlos Marx y Federico Engels (1971). “Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico”, en Obras Escogidas, Tomo II. Editorial Progreso, Moscú. 44. Georg Lukács (1981). Marx y el problema de la decadencia ideológica de la burguesía. Siglo XXI, México. www.flacsoandes.edu.ec 96 Jorge Veraza Urtuzuástegui / Crisis de los intelectuales y del intelecto en la era de la intelectualización de la sociedad Por su parte, los intelectuales proletarios auténticos ejercitan las críticas parciales y aún pueden elaborar una crítica radical global de la sociedad burguesa; y aún completarla como crítica auténticamente inmanente/trascendente, pues logra rebasar las prohibiciones impuestas al pensamiento por el modo de producción capitalista y por su sentido común y su ideología dominante de clase…En realidad, por falta de espacio, no podré redondear sino, como se ve, apenas iniciar la reflexión sobre el discurso crítico; y, de hecho, aquí la corto. Mientras tanto, con lo dicho hasta aquí ha quedado descrito el campo de batalla, estas son las condiciones históricas contradictorias de la modernidad capitalista en cuyo contexto se juega la ética y la epistemología de los intelectuales del planeta, quienes en tanto sujetos concretos darán -daremos- en los días por venir no solo la “batalla de las ideas” sino la batalla, porque simple y llanamente la idea en cuanto tal signifique algo y prevalezca y aun simplemente exista. Bibliografía Bataille, Georges 1972. El verdadero Barba Azul. La tragedia de Gilles de Rais. Tusquets Editores, Barcelona. _________ 1987. La Parte Maldita: precedida de La Noción de Gasto. Icaria. Barcelona. ______________ 1957. La literatura y el mal. Editorial Taurus, Barcelona. Borges, Jorge Luis 1946. El Aleph. Losada, Buenos Aires. _________ 1944. “El jardín de senderos que se bifurcan”, Ficciones. Emecé Editores, Buenos Aires. Breton, André 1965. Los vasos comunicantes. Editorial Joaquín Mortiz, México. Diario de Yucatán 2018. “Vargas Llosa defiende a Jair Bolsonaro de las críticas”. Recuperado de: https://cutt.ly/3cOgWV. Echeverría, Bolívar 2011. Antología. Crítica de la modernidad capitalista. Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, La Paz. El Universal 2019. “Vargas Llosa revira a AMLO: Esa carta debió mandársela él mismo”. Recuperado de: http://cort.as/-KZBk. Gramsci, Antonio 1974. Antología. Siglo XXI, Madrid. La Voz 2019. “Vargas Llosa sobre la conquista, el populismo, el lenguaje inclusivo, Macri y Odebrecht”. Recuperado de: http://cort.as/-KZCC. López Obrador, Andrés Manuel 2010. 

La mafia que se adueñó de México… y el 2012. Grijalbo Mondadori, México. Lukács, Georg 1981. Marx y el problema de la decadencia ideológica de la burguesía. Siglo XXI, México. Mandel, Ernest 1973. La rebelión estudiantil y la sociedad contemporánea. UNAM, México. ___________ 1972. El Capitalismo Tardío. Ediciones ERA, México. Marx, Karl 1975. El capital. Crítica de la Economía Política. Tomo I, Vol. 2. Siglo XXI, México. ________ 1975. El capital. Crítica de la Economía Política. Tomo I, Vol. 3. Siglo XXI, México. ________ 1975. El capital. Crítica de la Economía Política. Tomo III, Vol. 6. Siglo XXI, México. ________ 1975. El capital Libro Capítulo VI (inédito). Siglo XXI, México. www.flacsoandes.edu.ec Ecuador Debate 107 / Tema Central 97 ________ 1971. 

Elementos Fundamentales para Crítica de la Economía Política (Grundrisse) 1857-1858. Siglo XXI, México. 

Marx, Carlos y Engels, Federico 1971. “Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico”. En: Obras Escogidas, Tomo II. Editorial Progreso, Moscú. Montesquieu, Charles de Secondat 1977. Del espíritu de las leyes. Porrúa, Colección “Sepan Cuántos”, México. Olmos, José Gil 2019. “Operación Berlín”. Proceso, México, 20 de marzo. Recuperado de: https:// cutt.ly/NcUDhx. Revista Procesos 2003. “Borges y su espaldarazo a Díaz Ordaz”. 5 de octubre. Sartre, Jean-Paul 1975. El idiota de la familia. Editorial Tiempos Contemporáneos. Buenos Aires. _________1968. Sartre, los Intelectuales y la Política. Selección, notas y traducción de Bolívar Echeverría y Carlos Castro. Siglo XXI, México. _________ 1963. 

Crítica de la Razón Dialéctica. Editorial Losada, Buenos Aires. Tibón, Gutierre 2005. El ombligo como centro cósmico: una contribución a la historia de las religiones. FCE. México.;...)))...

http://biblioteca.clacso.edu.ar/gsdl/collect/clacso/index/assoc/D13840.dir/El_vuelo_del_Fenix.pdf

José Guadalupe Gandarilla Salgado La crisis se ha profundizado y Marx está de vuelta El Capital a siglo y medio de haber sido escrito “[…] un mundo que sí tenía un sentido y que sí avanzaba con rumbo, pero cuyo sentido consistía en volver invivible la vida humana y cuyo rumbo era claramente la catástrofe, la barbarie” Bolívar Echeverría En un momento en que la historia parecía exhibirse como la expresión dilatada de un enlace reiterado, repetitivo (última década del siglo pasado, presunto auge indisputado del neoliberalismo), cuyo gozne de la época no solo era cierre de un ciclo, agotamiento de un conjunto de proyectos malogrados, sino clausura y consecución teleológica (“fin de la historia”), que en simultáneo consagraba al mecanismo, al sistema, y revelaba la condición exhausta del sujeto (presuntamente, también, de todo sujeto), en esa coyuntura que se estimaba decidida, que erigía a un polo vencedor, la trama involucrada (en la lógica del concepto y en la más modesta, a ella conectada, ejercitación de nuestras acciones individuales) parecía estar fatalmente sometida a la linealidad de un tiempo homogéneo y vacío, sin sobresalto alguno. En medio de ese marco global, sin embargo, el máximo representante de la corriente deconstructivista se atrevió, en un coloquio llamado a discutir hacia donde iba (va) el marxismo (Whiter marxism), a volver a Marx (Derrida, 1995) y a invocarlo en la noción de espectro (no por casualidad, sostendrá Derrida, esa palabra, en plural, espectros, fue el primer título que tentativamente Marx imaginó para su Manifiesto redactado a los comunistas en 1848), la tentativa de retorno del filósofo de Treveris comparecía a ese presente como,... 

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,... una suerte de configuración fantasmal que pudiera oponerse a ese vendaval incontenible que ya estaba significando el neoliberalismo (signo de los tiempos que, no por casualidad, Franz Hinkelammert resumía en el título de uno de sus libros compilados, y en el título mismo de su colaboración para ese libro, lo que interesa analizar es: “El huracán de la globalización”, Hinkelammert 1999). Hoy Marx parece retornar de nueva cuenta, si Derrida lo trajo bajo el aparente triunfo del neoliberalismo hoy lo revisitamos (Concheiro y Gandarilla, 2016) en el marco de sucesos reiterados de crisis de un capitalismo que, sin embargo, parece lejos de su autoaniquilación, menos de su hundimiento, pero conduce a la humanidad, en pasos firmes, a las puertas de su destrucción. 

Esa nueva empresa colonizadora del mundo, como debiera ser nombrada la “razón neoliberal”, se encontraba, de inicio a mediados de los años noventa del siglo pasado, hay que decirlo, en una especie de fase intermedia, no se instrumentaba ese programa del gran poder corporativo, como en su inicio, manu military de por medio, como fue en el once de septiembre chileno de 1973, ni mostraba, como lo hace ahora, en su configuración actual, madura, una faz ya abiertamente suelta al mandato de sus peores demonios (racistas, fascistas, militaristas, negacionistas, etc.), como lo ha hecho desde el otro once de septiembre, el neoyorquino. En resumen, luego de los descalabros de la crisis global a que el capitalismo se precipitó desde fines de 2007, se ha desatado una situación algo más favorable para el retorno del clásico. El más consagrado de sus críticos vuelve a interpelarnos en momentos en que la humanidad se hunde en la zozobra y los signos de los tiempos remiten a ciclos de barbarie ya vividos en el pasado, pero que hoy parecen profundizar sus desatinos. Más aún, ante la severidad de nuestras circunstancias, ante el rigor de una crisis a tal punto peculiar que precipita el que se haya vuelto a hablar de capitalismo (Fraser, 2014), cuya lógica exacerbada lo ubica en puntos de desigualdad y polarización de ingresos como para ser caracterizado como un modelo para el 1% de la población (sus beneficiarios) y con niveles de desequilibrio sobre el medio ambiente global que justifican hablar de un ecocidio inminente, de una crisis del capitaloceno, e incluso del cierre del antropoceno. Con tales alcances, repetimos, y colocados en la prospectiva de problemas de tan difícil solución, no es de extrañar que también se haya actualizado la pertinencia de la crítica, la necesidad de contar con una reflexión que cuestione en profundidad los puntales que sostienen el orden social vigente. 

Parece que experimentamos, una vez más, esa especie de “eterno retorno” a que nos viene acostumbrando la subida a superficie del necio perforar en suelo duro del “viejo topo”. Será por 101 José Guadalupe Gandarilla Salgado eso que no solo se vuelve a hablar de Marx, lo que sería ya meritorio, sino que Das Kapital recupera su actualidad: ese proyecto al que ininterrumpidamente y por décadas el filósofo comunista dedicó una escritura constante, pero que, sin embargo, heredó a la lucha de los proletarios en tanto obra abierta: que por su carácter de inconclusa consiente también una recuperación en cuanto a contenidos filosos y vivos, propicios para nuevas incursiones desde las oleadas recurrentes y las nuevas agitaciones. Por ello es que en una de las más valiosas aportaciones recientes (Hinkelammert y Mora, 2013) se lo encara, a El Capital, con el fin de producir una segunda crítica de la economía política vigente, en la necesidad de emprender una lectura demoledora y crítica de la tradición neoclásica, de la racionalidad neoliberal. Andamos así los pasos de una de las más altas cimas conquistadas en lo filosófico, y en su renovada lectura se revela tanto el pulimiento fino, en lo metodológico, como un conjunto arquitectónicamente configurado para la disposición de las categorías de tal manera que ocupen su lugar argumental. En efecto, la tardanza en publicar o la insatisfacción con lo temáticamente alcanzado llegó a desesperar a su camarada de batallas (Federico Engels), y de hecho le obligará a este último a llevar a conclusión lo que quedó anunciado en los borradores. 

Pero, lo finalmente publicado por Marx en 1867, y lo completado por Engels en 1885 (tomo II), y 1893 (tomo III), constituyen el legado que la dupla comunista heredó a la humanidad, una obra no meramente inconclusa sino que abre sus nudos problemáticos a la incursión práctica en encrucijadas en que se ha puesto en juego no solo el trabajo heurístico con los conceptos sino también la apropiación, en su historicidad, del objeto práctico y del espacio configurado con la instalación progresiva, en el mundo entero, del dominio asociado a la emergencia del hecho capitalista y de su emplazamiento como un todo sistemático y de insospechadas cualidades adaptativas. De la disposición de la obra en su conjunto De un trabajo rescatado de la ruina de las letras que son las librerías de viejo de la calle Corrientes, en la Ciudad de Buenos Aires, extraigo esta proposición: Marx ha vuelto a estar de moda. Se multiplican las traducciones de sus escritos, las publicaciones en torno a las alternativas de su vida y de sus doctrinas. En muchos países se le propone aun como maestro […] era justo tener en cuenta los importantes estudios, que, especialmente en el extranjero, han sido consagrados en estos últimos veinticinco años, al agitador de Tréveris (Olgiati, 1950). 

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Lo dicho en esas líneas, escrito hace ya casi siete décadas, bien pudiera haber correspondido a la detección de un cierto estado de ánimo que algún pensador de orientación marxista nos hubiera ofrecido como anuncio de la conmemoración a propósito del primer omo de El Capital, hoy que se cumplen 150 años de haber sido publicado. Lo curioso es que la aseveración que hemos extractado provenga del prólogo a la por aquel entonces reciente reimpresión, que editorial Difusión, en la Ciudad de Buenos Aires, hiciera de la cuarta edición, año 1950, de la obra de mons. Francisco Olgiati, entre cuyas virtudes se contaran no solo ser de las primeras biografías del comunista alemán, o utilizar con exhaustividad la Briefwechsel (correspondencia), sino ofrecer (en unas cuantas páginas, ajeno a una intención erudita) una buena noticia del accidentado trajín por publicar la obra completa de Marx y Engels. El autor italiano, entre la primera y la quinta ediciones de su libro, da muestra de estar bien informado de los esfuerzos de Rizanov, primero, y luego Adoratskij, y del arranque en simultáneo de la edición en versión popular (MEW, Marx-Engels Werke) y desde 1927 del inicio de un programa más ambicioso que es asumido como la MEGA I (Historisch-kritische Marx-Engels-Gesamtausgabe, cuya primera etapa se ha de cerrar con la purga estalinista contra Riazanov en 1938). Mirada a distancia, se ha revelado aún más titánica de lo esperado la tarea por poner a disposición de los interesados la obra de los clásicos del comunismo internacional. A nueve décadas de iniciada y en ya tres esfuerzos colectivos, si se suma a lo hecho por Riazanov, la virtual continuación del proyecto en la que participaron los Institutos de Marxismo Leninismo de Berlín y de Moscú, ideado a fines de los sesenta, y el reinició formal de la Marx-Engels Gesamtausgabe (conocida por sus siglas en alemán como MEGA II) la que vio apenas sus primeros libros editados a mediados de la década siguiente y que hubo de cerrar su recorrido, por las razones conocidas, con los sucesos de 1989. Vendrá luego el inicio del MEGA III o, si se prefiere, la segunda etapa de la Mega II que actualmente está en desarrollo, y que una vez sumada la colaboración, por ya más de un cuarto de siglo, del International Institute of Social History (IISH) de Amsterdam, y creada para ese exclusivo propósito,...

la Internationale Marx-Engels Stiftung (IMES), 

,... se llega al acuerdo para arribar a una edición canónica proyectada en 114 volúmenes, de los cuales, en una estimación favorable, no se ha editado ni la mitad. Tomando en cuenta esta realidad editorial, que dista mucho de entregarnos un acercamiento a algo así como el Marx integral, o la edición total de la obra mancomunada de Marx y Engels, a la que habría que sumar el hecho de que cuando ese proyecto se culmine lo será en 103 José Guadalupe Gandarilla Salgado idioma alemán, quizá continuado con más asiduidad en idioma inglés o hasta en japonés (se sabe que el equipo de investigación japonés es de los más numerosos) y en menor proporción en las lenguas latinas, y de entre ellas la que experimentará las mayores dificultades será, sin duda, la de la edición en español, pues nos encontramos lejos de esos momentos de mayor difusión de este tipo de literatura (entre los años setentas y hasta mediados de los ochenta), en que trabajaban en simultáneo hasta tres grandes equipos de traducción, los encabezados por Wenceslao Roces, Manuel Sacristán, y Pedro Scaron. De ahí que, al menos para los que se interesan por estos temas, por razones teórico-prácticas, y lo hacemos preferentemente en la lengua de Cervantes, hemos de partir del hecho de que el acercamiento, al menos por un buen tiempo, ha de ser emprendido con lo que actualmente está ya editado y no debe ser asumido como una labor editorial puesta en falta, o en la que pesó más el traditore que el traduttore. 

Desde el material con que se cuenta ya se han hecho renovadas lecturas críticas desde nuestro medio que no tuvieron que esperar a que se abriera filológicamente la caja de pandora, por el contrario, inauguraron nuevos derroteros críticos. Teoría del valor y fetichismo en El Capital de Marx De la opus magnae de Marx se ha llegado a afirmar que ilustra aquello que Honoré de Balzac destacó en una parte de La comedia humana, justo en su relato de “La obra maestra desconocida”. El novelista francés se explaya en la difícil relación del artista (autor-productorcreador) con su trabajo, y abunda en las cuestiones que suscita la postergación indefinida, los hiatos de la indecisión humana para culminar su obra. Ello quizá estaría exhibiendo un cierto cariz romántico en el quehacer de Marx, pero no derivaría del hecho de estar ante un caso de arrebato existencial atribuible al “genio melancólico”, sino de algo más profundo, que marcó a Marx desde sus escritos más tempranos. En sus juveniles reflexiones anunciaba ya su indoblegable proceder ético y ofrece revelaciones que le agigantan al guiar su vida posterior, ya como un pensador asediado por la pobreza o hasta la miseria extrema, como un paria más que eludió la abogacía y no pudo ingresar a los paraninfos del saber. Ante la cuestión de a qué consagrar la vida afirmará que si las condiciones permitiesen la elección, se ha de optar por una profesión/posición, “basada en ideas de cuya verdad estemos totalmente convencidos, que nos ofrezca más posibilidades de trabajar por la humanidad y nos acerque más a la finalidad general para la que toda profesión no es más que un medio: la perfección”. La noción última aquí aludida integra nuestro aporte en una cadena de signi-,... 

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,... ficación más amplia: “trabajar más que todo por la humanidad, no habrá carga que nos doblegue, puesto que son sacrificios en beneficio de todos”. Sumido ya en su militancia comunista, construirá, en una especie de compromiso velado con el saber enciclopédico, un corpus amplio que suma no muchos libros publicados (algunos, de importancia, dejados en condición de manuscritos) y sí mucho encierro en el archivo, una diversidad amplia de ensayo periodístico y desbordantes trabajos de agitación política y rigor polémico. Todo ese conjunto ocupa su sitio en relación con el libro al que consagra más de la mitad de su vida. El Capital no es sino el resultado medianamente alcanzado de un proyecto que su autor vislumbró desde 1844 y que, con mayor sistematicidad, redactó en versión primigenia desde 1857, un manuscrito trabajado hasta con obsesión, un palimpsesto de arbórea condición y desigual redondeo que involucró varias facetas, hasta exhibir su tríptica composición. 

Como inmejorable expresión del siglo xix, en la condición conflictiva de la vida moderna plenamente eurocentrada, afincada por igual en el embate capitalista y colonial respecto a lo otro y los otros, El Capital constituye un alegato a favor de un mundo configurado en el ejercicio práctico de nuestro sano juicio y no maniatado por la razón externa, por heteronomía del poder (así fuera lex divina, lex naturalis, lex mercatoria, o lex imperialis). De lo contrario, la promesa abierta en la nueva instancia del mundo será exangüe y fugaz, toda vez que la experiencia humana se auto limitaría en una “sociedad como la actual, en que la forma mercancía es la forma general que revisten los productos del trabajo”. La rueca de la historia, en el trabajo de los siglos, se rigió durante casi un milenio, por el sacro predominio de las monoteístas religiones del libro y luego, con la crisis del mundo medieval y el violento arrebato del “Nuevo Mundo”, creyó encontrar sus principios trascendentales en el libro de la naturaleza, tan bella y enigmáticamente expuesto en el tríptico de El Jardín de la delicias de El Bosco. Parte del arte flamenco de la modernidad temprana de los Habsburgo, sus trazos, en su siglo xvi, remiten al comercio de los esclavos en Flandes y a una disposición de piezas que parecía interminable con la triangulación marítima atlántica, ingredientes ambos del fragor mismo de la hegemonía holandesa para el siglo xvii: no por casualidad el lienzo será reseñado primeramente como una “pintura de la variedad del mundo” o, desde otro ángulo, como expresión estética de una vida desvariada, en contra-sentido al normal transcurrir, invocación primera del surrealismo, de cómo el mundo puede mostrar otras caras. 105 José Guadalupe Gandarilla Salgado 

,... Marx, por su parte, está escribiendo el libro del espectral fetichismo de “las cosas puestas para el cambio”, un volumen que abre a la consideración filosófica el carácter enigmático de la redondez plena del mundo, y es de su interés alertar del sitio que está siendo reservado a la condición humana ante una máquina infernal construida en múltiples pliegues que brotan del empalme de la era colonial/mercantil con la época capitalista y que, como el vampiro, chupa la sangre al trabajador libre. Su contexto es ya el de la modernidad madura del industrialismo inglés victoriano que, cual Frankenstein liberado, basa por igual su expansión, crecimiento y profundización en el colonialismo interno sobre Irlanda como en el externo sobre la India, y de cotidiano se fragua en el carácter bifacético del trabajo (con sus talleres clandestinos y otras factorías ya científicamente intervenidas), y del consumo (reducido a cubrir necesidades mínimas y a expulsar dimensiones morales, culturales, de la reproducción del contingente obrero). 

Como en la pintura de El Bosco, el mundo pone en su centro el “cúmulo de mercancías”, un conjunto desordenado de signos aparienciales, de jeroglíficos sociales, y muestra en su desnudez la posibilidad de la grandeza humana, pero ese conjunto de entes cargados de existencia o realidad, de fantasía o de riesgo, están predispuestos a la estrecha vigilancia de los poderes de turno, tanto por el Dios de la cristiandad como por el monstruo pálido y frío que acecha (en la oscuridad) la orfandad de nuestras acciones y anuncia su condición de leviatán secularizado o de mecanismo auto regulado. Los seres humanos en su modesta intervención sobre el mundo, en la efímera realización de sus actos o en la persecución de sus objetos de deseo parecen conducir sus prácticas hacia oníricos placeres o hacia calamitosos sufrimientos, en una especie de temprana conceptualización del goce lacaniano. Como un “pintor de la vida moderna” (al decir de Baudelaire, quien fuera su contemporáneo), nuestro autor no quiere y no cree que en la inmediatez se resuelva el arcano, sabe que se ha de permanecer en el misterio, prefiere que el observador (lector de su mundo) se entregue a una epojé (una puesta en paréntesis hacia un juicio meditado), de lo contrario se ha de liquidar la acción en una mera hermenéutica, cuando lo que se busca es arribar a un acto de esclarecimiento, pues de lo que se trata es de liberar las prácticas, de salir del enigma (del mundo de la modernidad colonial/capitalista y sus fantasmagorías asociadas), solo así se ha de romper el orden que rige al tablero (como gusta decir Zizek), para hacer saltar la vida humana hacia otros planos, hacia otros derroteros, los que conscientemente pongamos bajo nuestro escrutinio, y no los que dicta el instrumento auto actuante en beneficio de sus personificaciones (el capitalista,... 

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,... individual, en tiempos de Marx, o la sicopatía hecha sistema en la actual “gran corporación” y sus complejos organizacionales), de ahí la urgencia por rehabilitar en su sentido anti fetichista la onceava tesis, en tanto transformar el mundo significa sospechar del embrujo de las abstracciones reales y quebrantar el mandato de las objetividades espectrales: “arránquese este poder social a la cosa y devuélvaselo a las personas sobre las personas”. No fue otro el proyecto de Marx, y por eso su legado (imaginado como un todo artístico) sigue siendo una obra maestra desconocida. El lugar que el nuevo arreglo del mundo le reserva al existente humano, será evocado por Charles Baudelaire, como no podía ser de otro modo, a través de una figura alegórica, dice el poeta parisino, contemporáneo de Marx como hemos dicho, “una vela estremecida en el horizonte que, por su pequeñez y su aislamiento, imita mi irremediable existencia” (Baudelaire, 1990), ante ella se erige con poderes antes inimaginables un mundo que para el infatigable flâneur sintetiza un vuelco insospechado “todas esas cosas piensan por mí y yo pienso por ellas” (el uso de la preposición “por”, parece enunciar en lugar de sustitución, la noción de pasaje, “a través de”: podríamos decir, entonces, “esas cosas piensan por mí y yo pienso a través de ellas”), Baudelaire, en una especie de adelanto a lo que Marx llamará “fetichismo mercantil” parece detectar, sin embargo, cierta contención en este dominio de las cosas, si las “cosas piensan por mí” lo hacen, no obstante, por ahora, “musical y pintorescamente” todavía “sin argucias, sin silogismos, sin deducciones” (Baudelaire, 1990). 

Con el adelanto de los siglos y respecto a lo dicho por Baudelaire, podemos aventurar que quizá ahora sí estemos llegando a la fase culminativa de esos iniciales procesos y, entonces, la aspiración de que la máquina social corporativa crea cosas que en efecto piensan por uno, y de las que uno no es sino un engranaje más, se estaría verificando ante nuestros ojos, el ser humano deviene una “máquina deseante” más (como argumentarían Deleuze y Guattari). Marx, como buen lector de Goethe retoma de éste la indicación de que “a la postre de criaturas dependemos que nosotros mismos hicimos” (citado en Kraus, 1977:13). Evidentemente, tocamos aquí el punto tan transitado por el primer Lukács (al final, era, en su formación temprana, asiduo asistente a las reuniones dominicales con Max Weber y su círculo en la ciudad de Heidelberg), lo que su obra de 1923 Historia y conciencia de clase nos plantea es la tensión o subsunción que el desarrollo del capitalismo configura entre objetivación y enajenación, al punto de que para el filósofo húngaro éstas son indistinguibles (la objetivación es ya enajenación) Lukács está ya detectando las tendencias que la imposición de la racionalidad instrumental 107 José Guadalupe Gandarilla Salgado acarrea en cuanto a la cosificación del mundo y a la reificación del metabolismo establecido del sujeto sobre el objeto. Las consecuencias de este proceso no se restringen al plano económico, éste no es sino un ámbito dentro de una esfera más amplia (la de la producción, que por ser tal no solo demanda la interrelación de la economía con la política sino un enfoque correspondiente, el de la Crítica de la economía política, que por ello ha de ser, finalmente, en Marx, el subtítulo elegido de la obra). Procediendo así, las consecuencias del nuevo planteamiento, para Lukács, no son meramente fenomenológicas sino de carácter ontológico, de ahí que el mirador poliédrico de este proceso global reclama así un avance que vaya más allá de las fronteras filosóficas que por aquel tiempo estaban proponiéndose desde el lado del racionalismo kantiano o la reducción fenomenología. La propuesta lukácsiana que impactará a los primeros brotes de la teoría crítica de la escuela de Frankfurt y a prácticamente todo el marxismo del siglo veinte va en la línea de establecer la distinción y semejanza de la dialéctica en Hegel y Marx, la detección de sus continuidades y sus discontinuidades. 

Esto corresponde a la cuestión de extraer las consecuencias metodológicas de operar con la dialéctica, que para el Marx de El Capital no significan otra cosa que operar con una determinada ontología sin caer en la ontologización, esto es, operar con la pregunta epistemológica del cómo pensar (con base en la dialéctica del desarrollo del concepto, en este caso, del concepto de capital) y filosóficamente respecto al qué pensar (esto es, la totalidad del capital desde un mirador privilegiado, la producción y reproducción de la vida material). Y este lugar de privilegio reservado a la cuestión de la producción deriva justamente del desenvolvimiento de la cosa misma y de la recuperación (investigación) y exposición del concepto/mundo del capital (sistemática, en cada uno de sus momentos, e histórica, en cuanto ilustración histórica de las categorías y sus leyes tendenciales). Marx debe entonces comenzar por establecer el punto de partida que es como la piedra de toque de la arquitectónica categorial. Para Marx, no puede residir sino en la mercancía y el espacio conjetural (intercambio mercantil simple) desde el que estalla hasta volverse forma general, así lo establece: La circulación simple, es, más que nada, esa esfera abstracta del proceso de producción burgués en su conjunto, una esfera que en virtud de sus propias determinaciones se acredita como momento, mera forma de manifestación de un proceso más profundo situado detrás de ella, que deriva de ella y a la vez la produce: el capital industrial (Marx, 2009- 3:188, énfasis propio). 

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La mercancía, entonces, como punto de partida es colocada en la disposición relacional entre apariencia –esencia– apariencia determinada del capital, que es casi una obviedad decir que remite a los contenidos de la lógica de Hegel: Doctrina del Ser - Doctrina de la Esencia - Doctrina del concepto. Será así que Marx diga de la mercancía (en cuanto apariencia inmediata), “su ser inmediato es, pues, apariencia pura. Es el fenómeno de un proceso que ocurre por detrás de ella” (Marx, 2009-1:194, énfasis original). 

Y lo que ocurre por detrás o a un nivel más profundo que el del cúmulo de mercancías, que no es sino una manera de nombrar al ente que se manifiesta, no es otro sino el de la detección del problema del valor dentro del sistema del capital, de ahí que éste sea el mayor aporte de Marx, su descubrimiento fundamental, la aclaración del punto de partida que entrega al mismo tiempo el esclarecimiento del valor, (el verdadero Ser del capital), el establecimiento histórico y el entramado lógico de la ley del valor, de su determinación o fundamento (descubrimiento de la Esencia del capital), de la producción, creación de nuevo valor y extracción del plusvalor, de cada uno, pues, de sus momentos y esferas; y de las capas analíticas que se van des-encubriendo en la proposición y secuencia lógica de cada una de las categorías (discernimiento de la apariencia determinada del capital, de las “formas aparentes” como gustaba decir el gran pensador boliviano René Zavaleta, de las “formas transfiguradas” como eran nombradas por Bolívar Echeverría, ambos figuras tan destacadas para la construcción del pensamiento crítico en México). La cuestión de la producción y reproducción no solo de la riqueza sino de la forma de socialidad misma se da en la crisis, de ahí que el valor de uso como finalidad y contenido material o la forma valor como finalidad y nuevo eje o artífice del proceso es la expresión del conflicto mismo o la representación de la contradicción viva que hace al carácter constitutivo del capital, la predominancia de uno respecto del otro niega la finalidad de su opuesto, es una ilustración palmaria de la crisis (no meramente económica, ni siquiera política, o hasta cultural, sino en tanto crisis orgánica como la caracterizó, en su momento, el marxista sardo Antonio Gramsci). La cuestión a discernir, en tanto la realidad política ante la que comparecemos todos los días, es por qué razón dicha condición de crisis no se vuelve instancia de activación de una política del contra-valor, de una política que se encara desde el no-ser del capital, esto es, de las formas de aparecer y manifestarse del trabajo vivo en cuanto que sustancia que le es arrebatada a la persona y a sus entidades comunitarias y es traspasada para darle vida y sustento a las formas del capital, las que le estructuran como conjunto de “formas transfiguradas”, 109 José Guadalupe Gandarilla Salgado esto es, la persistencia y ampliación de la apariencia determinada del capital que no es solo apropiación del mundo sino acumulación cada vez mayor de fuerza y poder. 

Este proceso se da de la mano del enlace y despliegue de la objetivación y separación del valor, esto es, del predominio del objeto, cosa, valor y que no se detiene en ello, sino que consiste en un proceso paulatino y magnificado de sustitución de las personas y de sus entramados comunitarios por la cosa como entidad que se dota de vida, esto es, como instancia que se eleva a protagonista del proceso y que ahí expone la tensión constante, moderna, ante la que estamos concurriendo hace siglos, la de la consagración del valor que se valoriza, como sujeto (automático) del proceso en su conjunto. Marx lo llega a sintetizar de manera inmejorable: El valor pasa constantemente de una forma a otra, sin perderse en ese movimiento convirtiéndose así en un sujeto automático, [...] el valor se convierte aquí en el sujeto de [este proceso] [...] [en] sujeto dominante. [...] El valor, pues, se vuelve valor en proceso, dinero en proceso, y en ese carácter capital (Marx, 2009b:188-189). Corresponde, en efecto, no a una mera situación paradójica, sino a una condición atribuible a la dialéctica que rige el sistema en el que vivimos el hecho de que así como el universo del intercambio mercantil presenta un mundo de intercambios de equivalentes, de igualdad formal ante el mercado, en el que los sujetos depositan su voluntad en la cosa, de igual modo su carácter de sujeto ya viene con una carga que se hace invisible, que se ha vuelto imperceptible, “la persona se cosifica y la cosa se personifica”, el sujeto en la suma de sus actos, de sus decisiones y de sus renegaciones comparece siendo él ya un instrumento de una “flagrante y gigantesca empresa de fetichización de la realidad” (Grüner, 2013:39), toda vez que la figura de la persona en la sociedad moderna no es que se haya desdibujado sino que los trazos que su imagen demanda en ese marco que le contiene son los de una condición que se nos presenta como eterna (incambiable), deshistorizada (que anula a la vista el proceso histórico que le produjo, las condiciones históricas que le crearon) o naturalizada (obediente a los postulados del mundo de lo civil). Las formas, entonces, de manifestación de esta máscara económica, o jurídica que portan las personas en los momentos del concepto de capital de los que son parte revelan su sentido en procesos profundos, determinados, que ocurren o están situados detrás de ellos, por ello Marx insiste en revelar, en quitar el velo, a las fuerzas compulsivas de los hechos (de las fuerzas económicas, estructurales), que actúan a espaldas de los productores. 

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El Capital y la política de des-fetichización Las formas de la civilidad moderna, de la suscripción del pacto (igualdad, libertad, fraternidad), irónicamente para Marx se truecan en desigualdad, esclavitud y Bentham (esto es, utilitarismo del interés privado). La proposición, entonces, de una política de la desfetichización es la de ir haciendo visible lo que es invisible, esto es, que en cada uno de los momentos del capital; los de su apariencia inmediata (circulación), el concepto de capital aquí está presupuesto, su esencia (paso a la producción), el concepto de capital está aquí ya puesto, y el del mundo de las formas aparentes (Zavaleta) o formas transfiguradas (Echeverría) determinadas por el capital (el proceso de producción en su conjunto), el concepto de capital es justamente supuesto de la persistencia y predominancia de estas formas de expresión del capital. Entonces, en cada uno de esos espacios de iluminación, de esclarecimiento de dichos procesos, Marx configura una propuesta o relato en que se lea el mundo de tal manera que se rehabilite a la persona por encima de la cosa, esto es, al trabajo vivo como el que le da vida, el que alimenta al ceder su vida, el automovimiento y la tendencia a crecer en desmesura del otro sujeto (pseudo sujeto, dice Bolívar Echeverría) que se ha vuelto dominante. El sujeto de esa inversión (“la cosa se personifica”), el capital como sujeto puesto en automovimiento, que en los tiempos actuales cobra la forma más entera de esa personificación en la “gran corporación”, en quien se depositan todos los derechos, y en sus grandes complejos organizacionales, que demandan un mundo construido a imagen y semejanza de sus intereses. Por eso es que se revela casi como una lucha no solo interminable, sino de correlaciones de fuerza muy desiguales, pues en el ejercicio de una política alejada y separada cotidianamente del control de la gente las fuerzas de la desigualación extrema (de esta modernidad capitalista in extremis) ponen constantemente cada vez más elementos que obran como supuestos del capital para que éste sea imbatible (creando las condiciones para su producción y autoproducción) y se comparezca ciegamente ante una arena social en que la genuina persona es la defavorecida, y así lo será en cada una de las esferas de socialidad (política, económica, jurídica, cultural, etc.), así, por más terca y tenaz que sea su lucha se le revela ante sus ojos la imposibilidad por salir de él, por vulnerar en algo la jaula de hierro moderna/capitalista, y con ello sí pareciera estarse llegando a una condición que instala colectivamente la idea, nada etérea sino materialmente concurrente que apunta a una muerte del sujeto, donde el capital crea y produce la forma de subjetividad más acorde a su funcionamiento: emplazamientos societales de individuos atomiza-,...

 111 José Guadalupe Gandarilla Salgado 

,... dos que han naturalizado la dominación/explotación y apropiación puesto que actúan cual mayorías permanentemente expuestas a dosis de desinformación, a intervenciones mediáticamente suministradas. Lo sorprendente es que esto no es algo que descubra Foucault, sino que ya está subyacente al examen que del capitalismo hizo Marx. Así, sin efectuar un gran salto, tendríamos también los basamentos para operar con la analogía lacaniana entre el develamiento de la plusvalía y del plus-de-goce, justo en tanto mecanismo que impide salir de la cárcel del capital, o incluso como un aporte a desarrollar desde la plusvalía (económica, por decirle de un cierto modo) a “la plusvalía ideológica”, como gustaba decir el marxista venezolano Ludovico Silva, o el teólogo brasileño Hugo Assmann. Esos agregados simbólicos y fantasiosos son justamente la suma de plus que van fortificando el dominio del capital y el desencanto, cuando no la pretendida muerte plena del sujeto, que ya bajo el predominio de un mundo enajenado y en guerra simbólica (Buen Abad, 2012), promueve con ello el achicamiento de la política, la esfera de la política ha de definirse, para el sujeto, por los espacios en los que decide lidiarse, por los poderes con los que decide medirse, y por los terrenos en que cada uno de nosotros opta por comprometerse. La suma de hechos que registran nuestra participación y nos distinguen como entes activos, revelan el calado de nuestra condición de zoon politikon, por intermedio de esas marcas que testimonian nuestro paso por el mundo comparecemos al terreno de la política, nos sometemos a sus códigos, explícitos en la ley o implícitos en las costumbres, creemos emitir mensajes pero en rigor somos hablados en la condición léxica de lo presente. Nuestras decisiones se plasman en registros que impactan en los días mundanos (en los que parece que nada cambia y todo se reproduce en normalidad), como en los extraordinarios, aquellas épicas jornadas de la historia en las que se comprime el tiempo y se abona a períodos de mayor espesor social. Lo que se juega, entonces, en la reivindicación de los entramados comunitarios, es la posibilidad de oponer las bases de otra política al sujeto-capital y su política (separada y fetichista) que es la que promueve la forma de vida moderna, el nuevo arreglo social del mundo. Cuando la causa emancipadora llega a unificar sus fuerzas o tiene un ímpetu tal como para tocar los intereses de los poderes instituidos (según los marcos de la lucha ahí comprometidos) el campo de los privilegiados no ha de quedarse quieto, su reacción será en correspondencia y puede llegar a invocar no solo la expresión contundente de poderes locales sino a convocar en su ansia de expiación al ejército disciplinante del déspota del sistema total (que,...

EL VUELO DEL FÉNIX 112 
,... desembarca con enorme despliegue de artefactos de combate, combinando fuerzas de aniquilación con estrategias de reconducción y cooptación social, suma a sus efectivos un enorme catálogo de manuales y símbolos, esparce rumores, propaganda y desinformación).

 
Los ciclos se reabren, fuerzas disgregadas que solo en tendencias y contra tendencias alcanzarán a articularse, o resistirán los nuevos embates: la historia, que así documenta no tener fin ni ceñirse a plan alguno, seguirá un curso igualmente accidentado en tanto actualiza sus más finos entramados o aceita y lubrica sus viejas estructuras, hasta que las aguas se aplaquen y las tendencias hacia la normalización se impongan, o hasta que vengan nuevas oleadas y nos relampagueen como en un guiño, en los instantes de peligro, para recordarnos el lugar que nos toca, en la memoria y en los eventos más profundos. Así, la encomienda de los comunistas experimenta avances y retrocesos, trasluce regularidades y tensiones, advierte quiebres y discontinuidad, como la historia misma. 

El escenario no ha bajado el telón, muy al contrario, ha complejizado la trama: los contenidos y las formas del embate expropiador de las condiciones de vida de multitudes, colectividades y pueblos enteros no se aplacaron al afincar una tendencia mundial hacia la explotación del trabajo, haciendo que la proletarización no fuera sino la cara renovada de la esclavitud moderna, hoy el expediente incluye procesos macro de desposesión y despojo y procesos micro de engaño, auto encierro, distracción y disgregación. En Marx hay una disputa por el código semiótico del sistema, pues mientras la hydra capitalista triunfa no hace sino hablar, vociferar, la lengua del dominador. La disputa de los comunistas, desde Marx, no es otra que aquella que se daría por imponer otro código de comunicación, otra politicidad emergente y genuina, nunca estanca, la de los intentos azarosos y conflictivos (disputados al interior del absoluto indisputado, el que se ha formado con el mercado mundial), tentativas, pues, que se abaten por construir un mundo que garantice el cruce del sistema de capacidades y el sistema de necesidades de los productores, y que ellos mismos conscientemente han de gestionar y garantizar arribando a relaciones sociales que por más transparentes u horizontales que sean (como para expresar la abolición del Estado) han de contender en el marco persistente de la forma social general (pues ella no es sino un momento, privilegiado también, de la condensación material de las luchas), justo para evitar que toda minúscula partícula de nuestra existencia sea apoderada por el mecanismo automático y reducida a los exclusivos fines de su mercantilización, cuyas tendencias son moduladas por fuerzas que se activan al interior del mercado que se ha globalizado, 113 José Guadalupe Gandarilla Salgado y que lo viene haciendo, en fases diferenciadas, desde el siglo xvi, y que colonialmente ha garantizado la extensión del mercado interior de los estados poderosos, con un costo creciente, el del sometimiento y el ensombrecimiento de toda prospección soberana o autodeterminativa de los estados periferizados que intentaran o amenazaran con intentar romper las correas que maniatan al sistema. Dicho de otro modo, la querella actual del sujeto-capital y el contingente de los productores, no es sólo por la disposición del excedente (y por la construcción de hegemonías sobre la base de cómo y hacia dónde canalizar su distribución) sino que éste es ya un resultado secundario de un arco de luchas en que lo que está en juego es la persistencia de un proyecto (el neoliberal, como fase más reciente del capitalismo), que busca acorralar a tal punto (el de su extenuación, cuando no de su exterminio) al trabajo vivo y a sus valores de uso, y someterlos al predominio indisputado de la forma mercancía, remate definitivo del plexo de relaciones sociales en que el objeto producido asume expresión completa de “jeroglífico social”, en los términos del Marx de los Grundrisse, si en eso consiste el enigma de la modernidad, por ello es que la misma se exhibe como un laberinto del que nunca se sale. De ahí que, en la inconclusa obra de Marx (y en el discurso del comunismo que ahí se anuncia), reposa también un cierto mensaje, el que puede ir descifrando las claves de ese jeroglífico: la interconexión de productores y consumidores que es guiada en el capitalismo por el exclusivo afán de enriquecimiento de unos cuantos puede adquirir otro significado, no en automático, desde luego, pero sí con carácter contingente, justamente aquél que reposa en la posibilidad de ser activado por el trabajo vivo que se rebela, el que provendría del aspecto comunicativo novedoso que aunque pareciera ausente está ya presente en la materialidad de los valores de uso, en la coordinación genuina y consciente del trabajo social cuando sus hilos se tejan de otro modo, cuando sus derivas echen a andar otras significaciones, las de una producción que se sujeta a otro arreglo social, el de los productores (sujetos emisores y receptores de otro tipo de mensaje, ajeno al de la ganancia, al de la acumulación insaciable de capital) que se toman en serio la tarea de obrar conscientemente regulando sus fines (que no pueden ser otros sino los del aseguramiento de la producción y reproducción de la vida material de los productores y consumidores), y sometiendo a ello sus medios. 

Nuevas instancias de debate, nuevas proposiciones analíticas La fineza esclarecedora de los conceptos (en que se sintetiza filosóficamente la época, como querría Hegel), deriva de que ellos mismos,... 

EL VUELO DEL FÉNIX 114 

,... son un resultado de la lucha, en varios sentidos, en primer lugar, porque son proposiciones terminológicas en las que se desatan los nudos problemáticos de un tiempo histórico y, tal vez por ello mismo, al estar atrapados en dicha historicidad, son también expresión del modo en que se amarran o se bloquean los conflictos irresueltos. De ahí que Marx los llegue a destacar explícitamente de ese modo, tanto en la faceta temprana de su acercamiento a la economía, cuando en los Manuscritos Económico Filosóficos afirme que el salario expresa la lucha entre capital y trabajo, o en su fase militante, cuando en su exposición a los obreros (en Trabajo Asalariado y Capital) diga con más generalidad que las categorías económicas son expresión de magnitudes sociales, o en sus escritos definitivos, en el cierre inconcluso de El Capital, cuando la problemática de las clases es captada desde una vuelta problematizadora a la llamada fórmula trinitaria, que no es sino la expresión dominante y normalizadora de la vida suelta al predominio de la sujeción fetichista al Dios moderno, el del capital (valor que se autovaloriza en su proceso de agigantamiento) y sus fantasmagorías. Este aspecto, es cierto, no está ajeno a dificultades, de ahí que el salto intelectivo en la problemática esclarecedora de génesis y estructura en la crítica de la economía política, configure una trayectoria pendular que muestra de un lado la cuadratura lógica de la “forma mercancía”, con la que se inicia El Capital, hasta su segunda redacción, y la reconstrucción necesaria que ha de hacerse desde los indicios dispersos en el amplio conjunto del corpus marxiano para llenar las exigencias de lo histórico-específico que bosquejaría el contenido de la “forma mercado mundial”, o por mencionar otro girón vivo de la polémica, la propia condición intermedia en que ahí se ubicaría el Estado, en cuanto “forma general”, y del cual Marx prometió ocuparse en el cuarto de sus seis libros, pero la vida no le dio el respiro suficiente para llevar a buen término lo proyectado. Esa sería una de las condiciones por las que finalmente, en la publicado por Marx, éste se explaye, hasta con exceso de refinamiento, en el aspecto dialéctico negativo y demoledor de la crítica, por el contrario, para fastidio de los espíritus prácticos, se hecha en falta que en simetría no se ofrezca, vaya, ni siquiera se prometa, bosquejo alguno o mínimo de la forma social que habría de sustituir al modo de producción capitalista (salvo lo escrito, como excepción que confirma la regla, en la Crítica al programa de Gotha, y en las escasas páginas de El Capital en que se prefigura el “reino de la libertad”). Y es que ahí, como en ningún otro escenario, entraríamos de lleno al aspecto constructivista del discurso:
 
esas categorías (anti o post capitalistas) han de ser construidas, se ha de llegar a ellas, en el fragor 115 José Guadalupe Gandarilla Salgado de la lucha, no pueden ser inscriptas como a priori de las prácticas. Justo por darse a esos pormenores, y visto en retrospectiva, en coyunturas anteriores al compromiso por finiquitar de lleno la confección de El Capital, puede sospecharse que Marx haya desperdiciado un valioso tiempo o haya incurrido en cierta distracción, cuando su afán polémico lo condujo a destrozar a cuanto autor que se le revelaba como un promotor de encrucijadas fetichistas o de cauces fallidos para la lucha. Este mismo arrojo controversial es expresión del semblante pasional de nuestro personaje, que lo llevó, a lo largo de su existencia, a dar cauce a filiaciones sólidas y a rupturas definitivas, en el marco de un innegociable esquema de principios, no en cuanto anclajes doctrinales sino como argamasa de lo que se disputa históricamente. Marx emplaza el análisis dialéctico de la realidad en una especie de movimiento argumental en que la construcción de las categorías, y los momentos de maduración que ellas expresan, no son sino el acompañamiento de la pulsión existencial en la forja de la lucha. Y lo es desde la anunciación del comunismo (en el marco de las revoluciones europeas de 1848-1852), hasta el estallido acontecimiental de 1871 (puesto ante la necesidad de comprensión que se desata con la lucha y la derrota de los comuneros, en el París sublevado), y deriva en el estallido mismo del esquema de pensamiento, en su diálogo cruzado con sus lectores y traductores, cuando especialmente a la luz de la apropiación por parte del populismo ruso de las formulaciones marxistas, se haga necesario reconsiderar la densidad histórica del pasado o de la tradición (la comuna rural) y se reivindique su sitio y estatuto para la construcción histórica de lo posible y para la captación utópica del descontento. En la obra de 1857-1858 de Marx, conocida como los Grundrisse, su autor comienza con el capítulo sobre el Dinero y no, como lo hará después en las distintas redacciones de El Capital, con la mercancía y ello da por resultado subrayar la contradicción entre el dinero-patrón que se erige en la entidad que controla el nuevo arreglo social, una totalidad que se despliega hasta erigirse en totalidad plena al subsumir e integrar a su proceso metabólico al paulatinamente proletarizado trabajador (en el sentido de un trabajador libre que vive, en el marco de la contractualidad laboral vigente, de la venta de su mercancía fuerza de trabajo) que de ser parte de una totalidad que lo acoge y sustenta pasa a ocupar un lugar subalternizado en la totalidad emergente (el sistema del capital) y con ello a ver liquidado el modo y mundo de vida en que se había desenvuelto hasta ese momento, la entidad comunitaria con sus muy diversificados modos de funcionamiento. Desde ahí se puede hacer una lectura de la contradicción entre capital y sujeto. 

Ello no significa que históricamente, antes o después de la detección que está haciendo Marx a mediados del siglo XIX, no se hayan desarrollado o se desarrollen (en estrecha relación o a mayor distancia) con los puntos en que predomine la figura del trabajador libre, formas aún más agudas de subalternización, y que han valido incluso para la crítica a Marx mismo por no destacar en toda su importancia lo que actualmente se subraya como “interseccionalidad”, esto es, que la clasificación social no concurre bajo la lógica del capitalismo moderno/colonial en la exclusiva forma de explotación sobre la clase trabajadora y por el violentamiento de esta normalización (trabajo a destajo, explotación de otros contingentes, niños, jóvenes, mujeres, etc., en situaciones de intensificación o extenuación ilegales o a-legales). Dichas formas de subalternización y de producción de la diferencia que se reclama a Marx mismo o al marxismo omitir, deben ser desde luego más visibilizadas, corresponden a la explotación de la mujer en el interior de la unidad doméstica (en tanto expresión de la relevante cuestión de género y el régimen patriarcal), y a la sobre explotación y exclusión de los contingentes que están situados por fuera de las áreas privilegiadas (al margen, en zonas periféricas, y en las periferias de las zonas centrales, los llamados slums (Davis, 2008), zonas urbanas hiperdegradadas y precarizadas). Un abanico más plural y diversificado de apropiación del trabajo vivo se articula con la forma de trabajo asalariado libre, asume y se ejecuta en distintos tipos de trabajo forzado o bajo renovados regímenes de esclavitud, o al modo de expoliación de la fuerza de trabajo migrante (Bentouhami-Molino, 2016): todas ellas son cuestiones relevantes para los temas de clasificación social por la línea de color, y son plenamente identificables en el largo proceso de establecimiento de los procesos globales de racialización. Esa articulación, de alcanzarse, propiciaría un programa más global del relevamiento de los procesos de subalternización, lo que permitiría recuperar de manera más compleja tan amplio proceso histórico como fue el de imposición y desarrollo de la modernidad capitalista/colonial. El devenir poder y gobierno por parte de la cosa misma (el sujeto capital del proceso) y la sustitución de protagonismo por vía de la cual las personas son encasilladas en la noción del explotado como forma de la esclavitud moderna no corresponde sino a una enunciación metafórica. Pero la captación desde ese tropo tal vez sea insuficiente, el proceso de clasificación/cosificación social se ha revelado más profundo: los estamentos sociales no dividen, o estandarizan, entre ejércitos de empleados y desempleados, la separación por clases fue históricamente forjada, pero fue solo eso, una expresión que amplió su radio y polarizo el mundo en múltiples agregados, sin em- 117 José Guadalupe Gandarilla Salgado bargo, pareciera que las tendencias hacia una racialización del contingente humano (al establecimiento de una divisoria que se estructura alrededor de la pigmentación de la piel) desplegó formas más sólidas y profundas de clasificación entre las gentes, así los parias del mundo, los condenados de la tierra ejemplifican una tendencia clara de la corpopolítica (de más de cinco siglos de duración). La propensión a “devenir-negro del mundo” (Mbembe, 2016); los niveles micro y macro del racismo global, integran en sus secuelas la biopolítica y el fascismo clásico, como una de las caras o facetas de la disposición ontológica a negar al otro, y hasta exterminarle, de no encontrar acomodo bajo el esquema de blanquitud social que se ha impuesto. La historia de este régimen clasificatorio que postula marcadores de poder que se fijan a la línea de color ha visto emerger, en consecuencia, formas todavía más perversas de necropolítica. 

El mundo nos ha colocado, entonces, en esta especie de permanente estado de excepción, en tanto que los instantes de peligro se multiplican en la geografía entera del mundo: devenir-hispano en los Estados Unidos, o peor, devenir-mexicano ante Donald Trump es tan riesgoso como devenir-musulman en Francia y en la Europa de la Islamofobia, como lo es devenir-indio en algunos de los emplazamientos neoliberales de nuestras patrias criollas que aspiran a exterminar a nuestros pueblos originarios, oficiosos en imponer su programa de apropiación territorial y de extracción ilimitada de recursos del subsuelo, bosques o mantos acuíferos. El infierno, pues, está en la tierra, en la lejanía que es abismalidad (Sousa Santos, 2009) y promoción de la indiferencia. La no intencionalidad de la acción de sujetos privados atomizados, engreídos en su vocación de consumo y enclaustrados en los simulacros de su participación ciudadana no hace sino reciclarlos como alimento del monstruo. En definitiva la modernidad/colonialidad, en su relación con el modo de producción capitalista, se edifica como una peculiar interrelación de sus espacios y una muy específica dialéctica de sus formas: tanto el sujeto como las comunidades y los entornos naturales son un afuera que está dentro, configuran un margen que el capital pretende separar, pero que lo integra en sus bordes fronterizos (Mezzadra y Neilson 2017); caminamos, pues, en condición de alta vulnerabilidad, como por encima de una tensa soga en este permanente siglo xvi que es el capitalismo mundial, que ha edificado lo bueno y lo malo de la modernidad establecida. Todavía tenemos, pues, mucho por criticar y seguimos necesitando renovadas incursiones para disponer de una nueva teoría crítica acorde a los urgentes problemas de nuestro presente, quizá desde el marxismo se pueda prescindir de los aportes del posco-,...

EL VUELO DEL FÉNIX 118 

,... lonialismo o de las epistemologías de-coloniales, pero desde estas últimas mal haríamos al prescindir de los aportes de Marx y de su obra cumbre, pues a siglo y medio de haber visto la luz sigue siendo de una actualidad insospechada para la labor de la crítica. Los grados más finamente alcanzados por esta última se han de operar, el día de hoy, en plena crisis civilizatoria del capitalismo moderno/ colonial, en los enfoques descoloniales que hagan uso imaginativo del corpus marxiano. 

Bibliografía 

Baudelaire, Charles 1990 El spleen de París. Traducción Margarita Michelena (México: Editorial Papeles privados) 

Bentouhami-Molino, Hourya 2016 Raza, cultura, identidades. Un enfoque feminista y poscolonial (Buenos Aires: Prometeo) 

Buen Abad Domínguez, Fernando 2012 La guerra simbólica. Por una semiótica de la emancipación (Barcelona: Bellaterra) 

Concheiro, Elvira y Gandarilla, José (coords.) 2016 Marx revisitado. Posiciones encontradas (México: ceiich – unam) Davis, Mike 2018 Planeta de ciudades miseria (Madrid: Foca) Derrida, Jacques 1995 Espectros de Marx. El Estado de la deuda, el trabajo del duelo y la nueva internacional (Madrid: Trotta) 

Fraser, Nancy 2014 “Tras la morada oculta de Marx. 
Por una concepción ampliada del capitalismo” en New Left Review (versión en español), Núm. 86, Segunda Época, mayo-junio de 2014 

Fernandes de Souza, Luiz Francisco 2016 “O grande Padre Francisco Olgiatti, apologista da Democracia popular” En: http://www. luizfdesouza.com.br/index.php/2016/08/04/o-grande-padrefrancisco-olgiatti-apologista-da-democracia-popular/ 

Gandarilla, José y Ortega, Jaime 2017 “El imperio del valor. La guerra por los Estados y su déficit de teorización” en Escrituras americanas, Vol. 2, Nº 1 

Grüner, Eduardo 2013 “De fetiches también (y especialmente) se vive. Capitalismo y subjetividad: El fetichismo entre Marx y Freud” en Enrique Carpintero (comp.) El fetichismo de la mercancía, (Buenos Aires: Topía). 

Hinkelammert,Franz (comp.) 1999 El huracán de la globalización (San José de Costa Rica: DEI) 

Hinkelammert, Franz y Mora Jiménez, Henri 2013 Hacia una economía para la vida, preludio a una segunda crítica de la economía política. (Morelia: Universidad Nacional de Costa Rica/ Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo) 119 

José Guadalupe Gandarilla Salgado Kraus, Karl 1977 La tercera noche de Walpurgis (Barcelona: Icaria) 

Marx, Karl 2009 Elementos fundamentales para al crítica de la economía política (Grundrisse) 1857-1858 (México: Siglo XXI Editores) 3 vols. Marx, Karl 2009b El Capital. Crítica de la economía política (México: Siglo XXI Editores) 

Mbembe, Achille 2016 Crítica de la razón negra (Buenos Aires: Futuro Anterior) 

Mezzadra, Sandro y Neilson, Brett 2017 La frontera como método (Madrid: Traficantes de sueños) 

Olgiati, Francisco 1950 Carlos Marx (Buenos Aires: Difusión) Sousa Santos, Boaventura de 2009 “Más allá del pensamiento abismal. De las líneas globales a una ecología de saberes” en: Una epistemología del Sur. La reinvención del conocimiento y la emancipación social (México: Siglo XXI Editores/CLACSO)


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Publicado por lukymalaga en 19:14 Enviar por correo electrónico Escribe un blog Compartir con Twitter Compartir con Facebook Compartir en Pinterest

1 comentario:

  1. lukymalaga, 23 de octubre de 2021, 20:52,... -- "chapa" (SALVA. E.H.) mía en la que nos menciono
    Recibidos

    Salvador Espada Hinojosa
    23 oct 2021 21:54 (hace 7 horas)
    para mí

    está aquí -> https://www.youtube.com/watch?v=tlWv_XGL1Yo

    --
    Salvador Espada Hinojosa
    Tlf: (+43)
    Mobile: (+43)
    skype: salva_e
    http://salvae.net
    Zona de los archivos adjuntos
    Vista previa del vídeo Acción Unitaria de Todos Los Círculos del Mundo - 2a parte de YouTube


    Luciano Medianero Morales
    5:48 (hace 0 minutos)
    para Salvador


    Luciano Medianero Morales/fb.com
    2 min ·
    Compartido con: Público
    Público
    HOLA-CHABALOTXS-HUMANIDAD, DER Lukymá./Lmm. -68/53- Alboranences- euraka ¡¡¡. ¡¡ >> POR SI QUIEREN LEERLO ¡¡ : REVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD: ¡¡ "",... SUPER-TECNIFICACIÓN Y POBLACIÓN ÓPTIMA ACORDE A LOS NUEVOS PROCESOS GLOBALES, Y YA INTERPLANETARIOS DE PRODUCCIÓN-CIRCULACIÓN,…Y LA DISTRIBUCIÓN, COMO ALGO ALEATORIO, CLASISMO PIRAMIDAL, MÁS SEVERO-AGUDO,…..¡¡¡¡¡. (lukyrh.blogspot.com)



    El sáb, 23 oct 2021 a las 21:54, Salvador Espada Hinojosa () escribió:
    está aquí -> https://www.youtube.com/watch?v=tlWv_XGL1Yo

    --
    Salvador Espada Hinojosa
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ECUADOR DEBATE 107 Quito-Ecuador • Agosto 2019 ISSN 2528-7761 / ISBN 978-9942-963-49-9 PRESENTACIÓN 3/7
COYUNTURA
• Correísmo y después: dos años y pico de morenismo 9/22 Mario Unda
• Conflictividad socio política: Marzo-Junio 2019 23/28 TEMA CENTRAL
• Intelectuales y pensamiento crítico hoy 29/50 Alejandro Moreano
• Intelectuales, organización de la cultura y poder en Brasil: notas críticas acerca de la sociedad civil neoliberal 51/66 Giovanni Alves
• Los intelectuales en América Latina: las tentaciones de la carrera, el relativismo de valores y las ambivalencias del poder 67/79 H. C. F. Mansilla
• Crisis de los intelectuales y del intelecto en la era de la intelectualización de la sociedad 81/97 Jorge Veraza Urtuzuástegui
• Tareas intelectuales en la encrucijada latinoamericana 99/114 Diego Tatián
• El porvenir de Europa en la era Negantropócena 115/136 Entrevista de Michal Krzykawski a Bernard Stiegler DEBATE AGRARIO-RURAL
• Ecología política de la conservación: la Reserva Mache Chindul-Ecuador 137/147 Angélica Ordóñez Charpentier Ecuador Debate 107 / Contenido ANÁLISIS
• Poder metropolitano vs. poder territorial. Conflictos en la parroquia rural andina (siglos XVIII-XIX) 149/165 María José Vilalta
• Usos de Foucault en psicoanálisis y marxismo: Discursos de resistencia y prácticas de intervención intelectual en la sociedad 167/182 Oleg Bernaz RESEÑAS
• La rebelión de Daquilema (Yaruquíes-Chimborazo, 1871) 183/185
• Potosí, el origen. Genealogía de la minería contemporánea 186/188 El 68, el neoliberalismo y las relaciones problemáticas constitutivas del intelectual Conocidos intelectuales son apologetas del poder, así como otros son críticos del mismo. La relación entre los intelectuales y el poder no es, pues, unívoca y cabe no solo la relación crítica o la apologética sino, incluso, la de indiferencia.
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